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Cuerpo y Naturaleza


Reclamo, 2017

Video-performance

Duración: 54 segundos



Durante la mesa de investigación por Costa Rica del evento Continuo LATIDOamericano de Performance, el pasado domingo 22 de noviembre 2020, se presento la ponencia Cuerpo y Naturaleza de la artista Lucía Madriz, residente en Alemania. Por el interés que guarda al teorizar acerca del performance en el arte contemporáneo, compartimos, con el permiso de la autora su texto.




Cuerpo y Naturaleza

Por Lucía Madriz


Ya lo sabemos pero es bueno repetirlo: la situación de emergencia que vivimos actualmente ha venido a subrayar las desigualdades sociales y económicas de una manera brutal.


Quiero enfatizar que esta pandemia es resultado de las lógicas económicas de extracción y destrucción del medio ambiente, y de deshumanización y explotación de los cuerpos a nivel global, y de la fauna y de la flora. Ya han habido otros casos donde patógenos propios de ciertas especies de animales “brincan” a los humanos, como fue el caso del ébola, el SIDA y probablemente la hepatitis B1[1], entre muchos otros. Entonces el COVID-19 no es un problema diferente al de la crisis medioambiental que vivimos, sino que es resultado de lo que nuestros hábitos —o más bien vicios— de consumo a nivel global vienen causando. Pero solo cambiar estos hábitos de consumo ya no basta.




Reclamo, 2017

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Duración: 54 segundos



La verdad ineludible es que si queremos sobrevivir como especie, EL SISTEMA TIENE QUE CAMBIAR.

Para ello tenemos que cambiar la forma en que pensamos, necesitamos nuevos paradigmas y nuevas formas de crear, percibir y sentir.

Para todos es claro que el modelo económico que consiste en la explotación irracional de los recursos (incluyendo los humanos) es insostenible. Esta “licencia” para destruir ecosistemas y poner en riesgo la vida y la salud de comunidades enteras es el quinto crimen contra la Paz y se llama Ecocidio[2].

Estas acciones se basan en la falsa creencia de que nosotros los humanos somos diferentes de la Naturaleza — somos hijos de Dios—y que somos especiales, que talvez venimos de un linaje extraterrestre... Nada más lejano de la realidad, compartimos 96% de nuestro ADN con chimpancés y bonobos, 80% con gatos y hasta un 60% con la planta de banano[3]; de hecho solo la mitad de nuestro cuerpo está compuesto por células humanas, ¡el resto de nosotros son bacterias![4] Es decir,

Somos terrícolas, somos parte y dependientes de la Vida que habita en este planeta. Lo que nos coloca dentro de la Naturaleza y no encima o fuera de ella.

El cuerpo ha sido históricamente el lugar donde vive el pecado, lo hemos demonizado, lo hemos culpado a él de todas las fantasías de la psique...Y el cuerpo solamente ha hecho aquello que le hemos pedido. Este cuerpo del que hablamos es un cuerpo religioso, es un cuerpo cristiano.

La cultura occidental, blanca, colonial, machista, heteronormativa, explotadora y capitalista tiene su fundamento en la religión cristiana.

Está basada en sus evangelios y en la herencia de sangre de las acciones históricas de la Iglesia. La religión cristiana ha sido islamofóbica, antisemita, y fue altamente intolerante con otras sectas cristianas a las que la Iglesia Católica exterminó a través de la Santa Inquisición como los Cátaros, los Valdenses, los Albiguenses y las Beguinas[5]; y cualquier culto pagano que eran muchos. Los cultos paganos generalmente tenía deidades dentro de la Naturaleza que eran mujeres y estaban relacionadas con la agricultura, la fertilidad/sexualidad, las fases de la luna y las estaciones, y la tierra y los ríos.

Entre el siglo XV y el XVIII en Europa se realizó la cacería de brujas, donde la Iglesia torturó y asesinó “entre 200 y 500.000 personas acusadas de brujería, cerca de un 80% de ellas, mujeres”[6]. Tristemente, en el 2020 aún presenciamos el horrible asesinato “por brujo” de Domingo Choc Che, indígena maya con conocimiento sobre plantas y métodos de curación ancestrales.



Reclamo, 2017

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Duración: 54 segundos



Es muy lamentable porque estas persecuciones no han acabado. En África aún se ataca a las personas por “brujería”, se les castiga y se les ejecuta. Se ha convertido en una forma de descalificar a miembros importantes de la comunidad y al mismo tiempo despojarles de sus tierras[7].

El cristianismo continúa colonizando ideológicamente con sus “misiones” en la Amazonia y África.

La religión sigue siendo la propaganda del patriarcado y últimamente del neoliberalismo.

Los grupos religiosos más radicales afectan la política con discursos anti-aborto, anti-derechos de personas LGTBQ+, anti-educación sexual, racismo... y con los viejos discursos desacreditan la participación de la mujer en la sociedad: desde el carácter pecador de la mujer (Eva), hasta la imagen de la “madre sacrificada”, donde la negación del cuerpo y la sexualidad femeninas son centrales para poder “hacer la voluntad del Padre” (María).

En la religión encontramos historias que nos atraviesan desde nuestra más tierna edad y que conformaron y conforman nuestra idea de hombre y mujer, y sus roles en la sociedad. Si logramos ser críticos de estos dogmas, podremos liberarnos de algunas de las cadenas más viejas que cargamos.

Pienso que lo más importante es entender que la religión es un arma también, que no se puede aceptar simplemente.

Sabiendo lo anterior, lo que sigue es curarnos. Esto significa tomar decisiones todos los días que ayuden a sostener la Salud/Vida. Una de las formas más efectivas de hacerlo es comer sano. Hay un montón de teorías de lo que esto puede significar y podríamos perdernos en ellas pero creo que todos tenemos una idea bastante clara de los hábitos y productos que nos hacen mal y deberíamos dejar, e incluir un par de buenos: más frutas, más vegetales (ojalá productos nacionales y orgánicos), ejercicio y meditación.

Ya está comprobado científicamente y hay miles de estudios sobre lo beneficioso que es hacer ejercicio y meditación, incluso para mejorar el estado anímico y la salud del cerebro. El ejercicio y la meditación deberían ser parte de toda nuestra vida.

Cuando comemos sano reducimos el consumo de comida chatarra que nos enferma y reducimos la contaminación pues estos tienen procesos de producción energéticamente costosos y utilizan plásticos, aluminio, aditivos químicos,etc.

Sanos nosotros, sana la Tierra y al revés: sana la Tierra, buena la cosecha, buena el agua, buena la salud.

Las luchas ecológicas no son algo separado de nuestro bienestar. Las luchas ecológicas son parte del bienestar humano porque como expliqué antes, nosotros somos parte del bioma. Así vemos que cuando contaminamos un río destruimos ecosistemas, destruimos comunidades y destruimos formas de vida. Entonces la causa ecológica es nuestra causa también, es la causa de los cuerpos juntos (comunidad), la causa del Cuerpo Humano como colectivo, siendo parte del bioma de la Tierra. No existe salud humana sin salud ambiental. Y esto lo vivimos todo el tiempo en nuestros países, oímos y vivimos catástrofes por extracción de minerales y petróleo, de contaminación y envenenamiento con agroquímicos y químicos de las aguas, ríos y mares, de desertificación e infertilidad de la tierra y como esto pone en peligro las vidas y afecta a miles de comunidades.

Nuestra causa no es solamente política, nuestra causa no es solamente del cuerpo, nuestra causa no es solamente la naturaleza: Somos Cuerpo / Naturaleza.

Nos han vendido la mentira de que somos individuos. No lo somos, somos interdependientes. Desde nuestro nacimiento dependemos de los cuidados de nuestros progenitores o alguien, durante nuestro crecimiento seguimos necesitándolos y aún como adultos dependemos del trabajo que hacen otras personas en la agricultura, la medicina, la construcción, los textiles, etc; dependemos del trabajo de todo el mundo, de otra manera tendríamos que hacerlo todo desde cero.

Somos interdependientes,

somos un colectivo,

somos un solo cuerpo.

Somos bioma.

En estos momentos tan difíciles es muy fácil rendirse y no cuidarse, y comer mal y dormir mal y hacerse daño. Es de valientes decidir lo contrario, es de valiente curarse, levantarse y hacer lo que nos hace bien. Refrescarnos, tomar agua, ayudarnos.

Esa micro-ayuda, ese micro-mundo se va extendiendo y va creciendo como las células de un gran cuerpo y si nosotros estamos sanos estamos también ayudando a los demás. Los estamos motivando.

Es una gran responsabilidad quererse, no tiene nada que ver con egoísmo. Tiene que ver con entender que todo lo que decimos, todo lo que hacemos tiene un impacto. Aunque creamos a veces que estamos en un monólogo, alguien escucha, alguien piensa, alguien siente.

Cuidémonos lo que podamos.

Somos Naturaleza


Lucía Madriz


[1] Nathan D. Wolfe,34 Claire Panosian Dunavan,35 and Jared Diamond. (2012). Origins of Major Human Infectious Diseases [Orígenes de las enfermedades humanas más infecciosas]. National Academies Press. National Center for Biotechnology Information. Recuperado de https://www.ncbi [2] Esta ley intenta hacer responsables a las empresas que cometen estos crímenes. Sería buenísimo que Costa Rica la firmara también: https://www.protectoresdelatierra.org/ [3] Lee, Samantha y Ramsey, Lydia. (6 de abril 2018) Humans share almost all of our DNA with cats, cattle and mice. [Los humanos compartimos casi todo nuestro ADN con gatos, ganado y ratones.] Periódico Independent, sección Ciencia. Recuperado de: https://www.independent.co.uk [4] Redacción BBC Mundo. (11 de abril 2018). Por qué la mitad de tu cuerpo no es humano (y cómo eso es fundamental para tu salud). Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo [5] Las beguinas fueron una secta cristiana de mujeres durante la Edad Media. “Como escritoras, las beguinas encontraron el obstáculo de ser laicas y mujeres, pero alegaron el mandato de la inspiración divina. En este sentido, las beguinas rivalizaron con el poder eclesiástico y patriarcal, al considerar la experiencia religiosa como una relación inmediata con Dios, que ellas podían expresar con voz propia sin tener que recurrir a la interpretación eclesiástica de la palabra divina”. Extracto tomado de: wikipedia.org/wiki/Beguinas [6] Federici, S. "Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria". Ed. Traficantes de Sueños, 2010. [7] Idem.

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