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El libro y sus Metáforas

Catálogo Horizonte Espinoso


Texto para la presentación del libro-catálogo “Horizonte Espinoso”, muestra en Sala 1 del MADC, con que se reabrió el programa expositivo en el año del Bicentenario 2021. La presentación estuvo a cargo de Paz Monge, directora del MADC, de las curadoras Gabriela Sáenz-Shelbi y Sofía Víndas, participando en la presentación el arquitecto Rolando Barahora, exdirector del MADC, Sofía Villena, curadora e investigadora, y Luis Fernando Quirós quien fungiera como curador de diseño y jefe de documentación en los inicios del museo.



Libro-catálogo “Horizonte Espinoso”, muestra en Sala 1 del MADC 2021.


El libro y sus Metáforas

Importa decir que el libro o catálogo de una muestra de arte contemporáneo como Horizonte espinoso, en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), 2021, o cualquiera otra exhibición, es fundamental, en tanto refuerza lo visto, permite profundizar en lo apreciado en la visita al museo, de la cual, por lo general, persisten interrogantes que implican incluso cuestionamientos a lo visto.


Las lecturas de un proyecto expositivo son tantas, y todas componen la idea central pre-visualizada por las propuestas de los artistas y el pensamiento de las curadoras. Sin embargo, tener la posibilidad de leer los textos y repasar las fotografías de las obras expuestas, esclarece las aguas turbias del río de la apreciación del arte, luego de visitar el recinto, que, como califica Priscilla Monge, es un espacio espiritual, el cual empodera, cuando en nuestra propia intimidad repasamos y recapitulamos página por página el ejercicio crítico de visitar el museo.


El texto curatorial, en el cual se reflexiona la cuantía del pensamiento puesto en la propuesta, abre de nuevo las puertas al recinto museístico, para conocer las distintas temáticas trazadas y su lateralidad: las dialógicas entabladas entre las obras del mismo o distinto eje, relacionando tratamientos materiales y abordajes de contenido, generadores de interés en dicha revisión y cuya experiencia activa la memoria.


Respecto al libro presentado, considero tres metáforas implícitas que dan valor a lo encadenado durante la lectura, y aúna el recuerdo de un evento en particular cuando el museo abrió sus puertas en 1994.


La primera metáfora considera el tronco espinoso dispuesto en posición horizontal, como la línea última e instancia donde desaparece o nace la luz, lo inteligible del arte contemporáneo manifiesto en la muestra, en la cual cada aguijón de ese tronco refleja obra por obra pegada a la corteza del árbol de pochote -Bombacopsis quinata-, y se le asimila con la noción punzante de la espina, en tanto y cuanto cada pieza es una asunción al estado de conciencia y complejidad al acto creativo. Dicho acto es como el parto donde hay espasmos, pero también alegría. Van Goh, en las cartas a Theo, comenta que una parturienta no presenta a los demás al recién nacido ensangrentado por el nacimiento, lo muestra con sus mejores ropajes, y con esta similitud se define lo anguloso de la actividad artística, donde hay un aguijón que nos recuerda que, a pesar del amor y la alegría de ver la obra concluida, hubo pulsión interior, hubo dolor, hubo víles, además de las esencias del proceso que el artista, como buen catador probó y las guarda sólo para sí.


Como segunda metáfora se considera al tronco como al libro o catálogo mismo de la muestra, donde cada espina es una página y un contenido relacionado según el eje temático, pues al escribirlas dichas páginas hubo un reto, un campo de batalla y gigantes que intentan apabullar el desafío. Leer el contenido experimenta adosar el saber e interpretación de las curadoras de las obras que exponen en este compendio tan punzante del arte de nuestros tiempos actuales, tan ásperos, donde el saber se cultiva y refleja en el terreno donde fue sembrada tan buena semilla, un cultivo tratado con esmero y un fruto que nos recuerda que, como expreso Kobo Abe en El Rostro Ajeno: La esencia de la investigación no está en los frutos, sino en el proceso. (Abe, Ciruela 2007)


El rizoma, como noción teórica parangona la tercera metáfora, pues sus raíces se mueven bajo la superficie de la planta, y no son una sola planta si no muchas, formando red en esas mesetas del conocimiento y la teoría del arte. Eso también ocurre bajo el pavimento de la sala 1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, y algunas obras, como enredaderas, cuelgan de aquellas vigas y bastiones que sostiene la añosa estructura, hablo de las Escaleras blandas de Sila Chanto, o los mismos paneles expositivos colgados de los maderos del techo.


Lo más interesante y actual del concepto de rizoma, es que una planta puede tener la raíz acá, en este caso en el museo -y esto es otro parangón de la obra de arte y que se exhibe en esta muestra-, pero su esencia, doble o influencia puede brotar en otra zona del cultivo, a donde el lector lo lleve o lo comparta con otros lectores interesados en esta forma de cultura.


Se trata de un aspecto que refleja muy bien la incertidumbre y la vulnerabilidad de nuestro ser, pues, nadie sabe donde va a brotar dicho rizoma, la única certeza que se tiene es que lo hará, y donde nadie lo espera, según reza la teoría predicada por Félix Guattari y Gilles Deleuze en los estados de dicha cultura y sensibilidad contemporánea en el cruce entre siglos y milenios.


Hay varios ejes que tienen piezas paradigmáticas, y que pueden ser contradicción de estas metáforas, de esos aguijones pegados a la corteza del pochote, pero, como dije, importa considerar toda oposición.


Al inicio se aprecia la pieza de Luciano Goizueta, Otro nómada, 2002, en el cual pinta un auto viejo y destartalado, cargado de chunches, que según el autor encontró varado en varios puntos de la ciudad de Buenos Aires. Quizás, lo más interesante de esa memoria es el significado actual que podemos relacionar o asociar a un contenido del género, como la “ley del descarte”, tan referida por Francisco al iniciar su pontificado: cuando los ancianos resultamos incómodos para la sociedad, para el poder, para los bancos usureros, como quedó explicito durante esta pandemia. A veces quisieran tirarnos al basurero que ellos mismos llevan encima, como ese auto averiado pintado por Goizueta, cuyas refacciones ya no se consiguen y degradan el paisaje urbano.


Este libro -como expresé al inicia, me hace recordar la muestra Ante América, curada por Gerardo Mosquera, Carolina Ponce de León y Rachel Weis, para el V Centenario de dominación española, y los discursos descolonizadores que cuestionan las muestras empaquetadas importadas desde Estados Unidos y Europa.


Escuché decir al trío curatorial que los proyecto generados dentro de la perspectiva Sur/Sur, deberían verse a iguales: con una atenta investigación y profesional curaduría, montaje o museografía, un catálogo impreso, sistemas de embalaje aptos para el transporte, y un itinerario de circulación fuera regional, o, puente entre las aguas turbulentas de la política internacional, de la pandemia y protocolos sanitarios, de las aguas de las nociones de neo-colonización, dominación hegemónica, discriminación y exclusión social. O sea, para concluir con mi percepción, a Horizonte Espinoso, 2021, tan solo le falta el itinerario de circulación, reto que la calidad de la muestra de alguna forma augura.


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