Iveth Rodríguez: “dobles” de la cultura contemporánea. Foto de I.Rodríguez
Cuando aprecié por primera vez algunos de estos objetos de arte de Iveth Rodríguez, fue para la muestra El Pasado Adelante, en el Centro Cultural de España de la ciudad de Managua, Nicaragua, muestra curada por Illimani de los Andes, y que hoy expone de manera individual en un compendio de objetos artísticos, junto con renovados diseños de collares de sensible impacto natural y orgánicas cuentas de esta cultura moderna.
Asimilé -la obra de esta joven artista y creadora de parafernalia femenina de rigor, estética de lo natural y buena medida de las cosas, como a una manifestación conceptual con materiales encontrados, insumos para una “chamana”, como podriamos llamarla por su sensibilidad creativa en el arte mesoamericano contemporáneo-, pero y quizás, algo contradictorio pero real, no lograba separar de mi pensamiento el arte del movimiento Povera de mediados de los años sesenta en la capital del piamonte italiano, como a uno de sus principales referentes.
Iveth Rodríguez: “dobles” de la cultura contemporánea. Foto de I.Rodríguez
Y digo “no lograba separar” lo artístico de lo funcional, que hoy conviven placenteramente, pues en aquellos tiempos la convergencia de similar estética, ya abogaba por el uso de materiales humildes y sencillos (pobres), como el uso de la tierra, pátinas de lodo, maderas, sacos de gangoche, cuerdas naturales de yute, raíces y tejidos olvidados, oxidados, o hechos a un lado quizás por la industria moderna, y porque mostraban la condición de degradarse con el paso del tiempo y sufruir una transformación hacia la visualidad efímera que subvertió el arte que hasta esos años sólo era entronizado en los pedestaes de los museos.
Alguna esencia del Dadaísmo en todo aquello movía las estructuras de pensamiento y rebeldía hacia el uso en arte de esos objetos, tan singulares, en los cuales consumía el fetiche, el ídolo del desenfreno y el desafecto traído por la industria del plástico y de la imagen delgada de las barbies que perdieron la cabeza, un pié, la mano o el brazo y se consumen en aquellas oquedades y cementerios de la materia, de un tronco, de una roca inmovil, a escala de una cueva o caverna de la cultura actual, madre natura o pachamama en la cosmovisión de los ancestros de estas tierras.
Iveth Rodríguez: “dobles” de la cultura contemporánea. Foto de I.Rodríguez
En aquellas décadas de los sesentas y setenta del siglo pasado, abriendo las puertas a la conceptualidad, los artistas desafiaban la actitud de desmantelar la jerarquía de los materiales, e introdujeron aquellos portadores de las energías propias de la naturaleza, de la impronta del ser humano que buscaba reinventarse, y desde un enfoque sociológico y antropológico, rechazar el consumismo, y/o expresarlo como un aspecto de discontinuidad que delegaba en el Arte Conceptual, el Pop, y el Minimalismo como los nuevos derroteros de la visualidad mundial.
La capacidad y categorización del fetiche es hacer dobles de los constructos de la realidad y hacerlos con materiales duros que tengan la cacidad de horma para reproducir, como en la fabricación seriada de la Industrialización; modelos de nuevas utopías a usanza del ojo y gran hermano que todo lo ve, que todo lo controla y nos tienen de cabeza. Ese es el peligro de estos modelos que inventa el artista actual, pues poseen la capacidad de hacernos a nosotros mismos, y a la sociedad que los empuña y distingue en un ritual chamánico: hacer arte en nuestros días.
Iveth Rodríguez: Joyería contornea. Fotos de Fotos de Jorge Paniagua
La caparazón de ese muñeco dispuesto de cabeza, con la cabecita de otro más pequeño metida a su vez en la oquedad del pecho, una de las piezas más intensas de esta exposición, y con los párpados quemados, son algo más que un ensamble, una instalación, una escultura de estos tiermpos de paradojas, cuando lo que hacemos nos hace, repito, al tiempo que devela y explica el constante conflicto: la violencia que azota a las sociedades actuales. No es solo Nicaragua, es el mundo. El orden mundial entró en crisis, la pandemia, la guerra, el reset, la angustia alimentaria, el despotismo de gobernantes y cúpulas del poder que perdieron toda sensibilidad humana.
Las joyas creadas por esta arista Iveth Rodríguez, aunque al ser objetos de uso personal, no entran en la profunda categoría del arte encontrado y resemantizado para ser fetiche. Estas son un símbolo de un remanzo de concordia, para agregar distinción y belleza a la mujer mesoamericana, que los porta con elegancia y a la vez soberbia, exigiendo distancia, sano respeto, y sobre todo -tratándose de la mujer-, sano valor.
Iveth Rodríguez: Joyería contornea. Fotos de Fotos de Jorge Paniagua
Esta artista encuentra importantes referentes en el arte centroamericano contemporáneo y en particular el nicaraguense: el gran chamán y sin parangón, aunque suene en verso, Rolando Castellón, pero también Patricia Belli y Raúl Quintanilla, entre otros creadores sensibles que argumentan la preocupación estética por reinventar los materiales y las ideas, los sujetos y objetos, como dije objetos vibrantes de la cultura mesoamericana actual.
Luis Fernando Quirós
Julio 2022
Fotos de Jorge Paniagua
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