Jorge González Velázquez y los Orígenes
- Luis Fermando Quiros
- 21 feb 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 feb 2022

Jorge González Velázquez y los Orígenes. La Casa de la Cultura "El Cárcamo", barrio de San José en San Agustín, Etla, Oaxaca.
Muestra curada por Sarah Vaz Kunz y Miguel Vives, en La Casa de la Cultura "El Cárcamo", barrio de San José en San Agustín, Etla, Oaxaca.
La naturaleza y experticia del escultor, se entremezcla, como motivaciones centrales a su creatividad, y que también son intenciones en la pintura, la gráfica, y el sentido de espacio, el cual es estudiado en lo tridimensional, para reposicionar la pieza, e igual se siente y persigue en la pintura: la atmósfera, el vacío. Esa gobernanza del espacio es el territorio, que tiene un origen, que posee una historia, que conforma un principio y un fin. El libro del Génesis nos dice que, en el inicio, todo era caos, y el espíritu de Dios se movía en aquella superficie acuático-terrestre que se redime en el barro, materia origen del planeta.

Jorge González Velázquez y los Orígenes. La Casa de la Cultura "El Cárcamo", barrio de San José en San Agustín, Etla, Oaxaca.
Hacer arte hoy en día simboliza la búsqueda-encuentro de manejar el eterno caos, lo que entendemos y desafía de armonizar los contrastes, que, aunque parezcan irreconciliables, forman al maestro en arte y lo dotan de saber, de conocimiento y experiencia para conducirse en esa tensión existente entre ambos opuestos, como el día y la noche, lo cercano y lo profundo, lo alto y lo bajo, la tierra y el cielo.

Jorge González Velázquez y los Orígenes. Foto cortesía del artista.
La pintura de este autor me sugiere apreciar una atmósfera oceánica, con criaturas marinas moviéndose en ese espacio que ocupa el color, pero que en singular me gusta mucho más cuando esa cromática es terrosa, tolerante con una cultura que nos enciende, pues es la suya, la del escultor, la del pintor, la nuestra como observadores de su obra.

Jorge González Velázquez y los Orígenes. Foto cortesía del artista.
Me motiva, de alguna manera, a evocar la historia con sus grandes interrogantes, sobremanera en un principio que en lo actual no presenciamos, que solo miramos con los ojos de la imaginación y la lectura de símbolos, como la memoria de Aztlán, la patria de los chicanos en Estados Unidos y los mexicanos, e incluso de Mesoamérica, en tanto el historiador chicano Thomás Ybarra-Frausto hablaba que su territorio distaba desde California a Panamá. Se les recuerda como los padres de los aztecas.

Jorge González Velázquez y los Orígenes. Foto cortesía del artista.
Trasciende un relato que leí en una página de FB que cuando los españoles conquistaron estas tierras, preguntaron a los originarios acerca de sus padres y ancestros, que ¿de dónde eran?, ¿cuál era su origen? , y éstos respondieron que provenían de una tierra rodeada de aguas, la Aztlán, “Az”, agua y “tlan, tierra, o territorios insulares, espacios en contraste cargados de materia origen y frutos de los cuales se alimentaban, como el maíz.
De ahí que entiendo esos espacios vacíos de la pintura de González Velázquez, con figuras marinas que bien podrían ser las “atlantes”, aquellas columnas de piedra talladas que sostenían el cielo, o podrían ser también monstruos o deidades que cuidan las profundidades de los mares.

Jorge González Velázquez y los Orígenes. Foto cortesía del artista.
Yo me atrevería a hablar de la mítica “Atlántida”, patria de los “atlántes” que por una catástrofe fue hundida en el mar “Atlántico”, y que, por acción del choque de las placas terrestres submarinas, emerge por subducción conformando nuestros valles, montañas y mesetas, que hoy detentan otros nombres por la imposición hegemónica y cultural que no nos deja ser igual que en los orígenes, pero lo cual anhelamos.

Jorge González Velázquez y los Orígenes. Foto cortesía del artista.
Quirval Othello, La Fatalísima, 2022
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