García Agustín. “La piedra que muele”, en La Calera, Oaxaca
El título de esta muestra del escultor oaxaqueño García Agustín, en el espacio cultural La Calera, Oaxaca, curada por Miguel Vives, trae a mis evocaciones el tiempo del inicio de todo, documentado en el libro del Génesis, pero también los códices prehispánicos de nuestro continente Abya Yala, cuando para moler el grano para el pan, o el maíz para la tortilla en nuestro caso, se machacaba con una piedra, hasta el momento de inventarse el cilindro, la rueda de piedra, o la rueda dentada, que al rodar convertía el grano en harina o en masa.
En nuestra Mesoamérica la piedra que, al frotarse contra la superficie del metate, molía la semilla sagrada dada por el Creador y por la tierra, es otro símbolo de nuestra identidad originaria, de continente (atl) que nos recuerda el agua, y (tlalet) la tierra.
Dice Everardo Lara en El Modelo Matemático Náhuatl: “Podemos decir que una totalidad o plenitud está conformada por dos fuerzas correspondientes y contrarias entre sí. Con la base de este principio, el pueblo náhuatl crea el concepto filosófico Omeyotl (de ome, “dos”, y yotl, “creación”) dualidad eterna de materia y energía, la génesis del todo universal”. (Lara, E. 2015. P.34)
García Agustín. “La piedra que muele”, en La Calera, Oaxaca
Los pueblos orientales observaban este principio en el Ying Yang, dos cuerpos contrarios que, reunidos en una sola forma del círculo, conforman la armonía, el bien y el mal, la noche y el día, la vida y la muerte.
En la muestra de García en La Calera, se aprecian sus esculturas de lámina de hierro, entre mazorcas de maíz, para fijar quizás la idea de los orígenes. También notable examinar la morfología de la mazorca del maíz, para fijar también la idea en un dado dentado y de ese dado se derivan luego de inventarse el metal, todos los elementos que rompen, desmenuzan, muelen, sea piedra, roca, tierra -o la piedra caliza como en este caso-, y que llegan hasta nuestra era industrial como un elemento gobernado por la geometría.
García Agustín. “La piedra que muele”, en La Calera, Oaxaca
El maíz, la planta, la mazorca
“Tonacayotl, el maíz, subsiste la tierra, vive el mundo, poblamos el mundo. El maíz, tonacayotl, es en verdad lo valioso de nuestro ser”. (Códice Florentino, citado por Lara, E. Sf. p.251)
En los estudios topológicos y morfológicos, el cuadrado y el círculo comparten su estructura: El cuadrado: cuatro lados y cuatro ángulos iguales mantiene su estructura portadora conformada por los ejes o medinas y las diagonales. En el círculo, esa entidad básica sustenta una estructura modular anular y otra radial, que, a su vez, en la tridimensionalidad conforma cuerpos de enorme capacidad generativa aplicada al arte y al diseño.
García Agustín. “La piedra que muele”, en La Calera, Oaxaca
Esa multiplicidad de configuraciones tri y bidimensional son el lenguaje que ha descubierto como propio el arte actual, el minimalismo, la abstracción geométrica, el arte concreto, la arquitectura, el diseño de productos industriales, el diseño ambiental, entre otras nociones.
La muestra en mención pone en el mismo plato estos fundamentos: la estética, forma y material, teoría y práctica, lenguaje y discurso, tan importantes como potenciadores del concepto a aprender y el arte de nuestros tiempos actuales.
García Agustín. “La piedra que muele”, en La Calera, Oaxaca
Comments