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Luis Diego Ramos: Registros de Registro


Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



La creatividad del artista visual y fotógrafo costarricense Luis Diego Ramos, quien en la actualidad expone en el proyecto rural Terraza del Artista en San Isidro de Pérez Zeledón, me sume a rememorar y/o reflexionar al mismo tiempo, como ocurre con mucho del arte que aprecio y me gusta comentar.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



Son collages de una materialidad colectada en sus fotografías, extraídas de lo urbano: muros, cajas de registro, paneles, papeles, cartones y objetos que cada uno es portador de sus propias vivencias de tiempos reapropiados dentro de esa narrativa visual, memoria personal, colectiva, o prestada y, cuando quiero escribir sobre estos inventarios, me comporto como palimpsesto, cavando entre las estratificaciones de las vicisitudes y el paisaje de una ciudad reconstruida a partir de las evocaciones de los mismos ciudadanos y de quienes caminamos en ella a diario.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



Como si entrara en el fractal del tiempo que desarrolla su espira, al ver esas piezas, me veo caminando por sitios que algún día vivencié, una ciudad quizás ilusoria enclavada en cartografías que tienen mucho que contar, para mi mismo. En este caso singular, por su historia y arte, me transporta al protectorado del duque Federico da Montefeltro, quien llevó a pintar a su ciudad a notables artistas como Piero della Francesca, Giotto, Botticelli, es cuna de Bramante y Rafael Sancio, reconocida como “La Ciudad Ideal del Renacimiento”, cuya huella quedó enmarcada en aquellos muros inmemoriales. Uno de los legados de Montefeltro fue la gran biblioteca, la mayor después de la Biblioteca Apostólica Vaticana en aquellos años, la cual contaba con su propio equipo de escribientes, y una de las joyas arquitectónicas del renacimiento temprano: el Palacio Ducal de Urbino.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



Es significativa para mí, en tanto ahí inicié mis estudios de arte y diseño, caminé sus calles empinadas y sentí las gélidas ventiscas del invierno, o el tórrido sol veraniego, y uno de los detalles que me sorprenden del trabajo de Ramos, son esos collages o colectas de impresos y trazos colectados en los muros de las urbes actuales, sumando objetos u otras reminiscencias del pasado y que me devuelven a Urbino. Ahí, dejaban paredes en las cuales se permitía pegar carteles, y cada día se mostraba diferente, con texturas de aquel fenómeno visual tan cambiante, pero que al mismo tiempo es permanece, como la urbe, como el libro, como la biblioteca que lo guarda para la posterioridad.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.


En el proceso de impresión litho-offset, que desplazó la impresión digital de hoy, antes de que la tinta pueda esparcirse de manera uniforme en la almohadilla que la trasfiere al rodillo de impresión, se hacían pruebas llamadas “mácula”, y quedan sobre-posiciones y texturas de una visualidad muy singular y clave estética contemporánea porque las gobierna el incierto pero vital caos. Las obras de Luis Diego son como esa mácula: registros de registros, de calzar con las intensiones de un editor, de un autor, y de un espectador.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



Como una de aquellas prácticas, Luis Diego, para inaugurar la muestra envió una invitación con una cita de Phillippe Dubois: “son signos que no significan nada por sí solos, sino que ese sentido está determinado por su relación con su objeto real”. Como aquellos muros donde se admite pegar esa memoria cotidiana, se registran los obituarios, las uniones matrimoniales, hechos significativos de cada día en la urbe, las voces de sus habitantes, que obedecen a las miradas de su realidad y que dicen mucho del ejercicio de palimpsesto, quien siempre cava, para traer a flote la vigencia de la memoria.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



Según el diccionario de la lengua española la voz palimpsesto refiere a una tablilla antigua de las proto-escrituras, en la cual se podía borrar lo escrito y volver a reparar encima la escritura. ¡Cuanto dice de nuestra vida actual!, que es como esa tablilla la cual tachamos, marcamos, subrayamos, pero también nos sirve para deshacer las huella o por el contrario no dejar indicios circunstanciales o rastros de lo actuado por temor a lo incierto. Me recuerda visitar unas ruinas donde la gente cava en los muros sus marcas, nombres, amores u odios…, pero todo quien llega captura una fotografía que posee la capacidad de exteriorizar esas marcas y grafismos como si acabaran de ocurrir con una herida quizás aún abierta y sangrante.



Luis Diego Ramos. Registros de Registro. 2022. Foto cortesía del artista.



Eso me dice mucho del libro en la historia del arte, y de la escritura que en el pasado se escribió en tablillas de arcilla, o de cera, antes que los papiros, pieles y el papel, de manera que esa práctica de sobreponer, pegar, borrar, nos envuelve en el misterio y gobernanza del texto en la memoria de una cultura que hoy parece no ser la misma, y de ahí, los grandes cambios a que nos exponemos.


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