¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), con la muestra ¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? en su sala principal –expuestas del 25 de agosto 2022 al 11 de febrero 2023, curada por José Daniel Picado y la dirección institucional de Paz Monge-, presencia un rito festivo con estos objetos portadores de signos y narrativas populares expresadas por las figuras de las piñatas, las cuales adquieren un código visual y cromático derivado del papel con que se hacen, interviniendo a su vez paredes, columnas u otros componentes museográficos. Ahí está la gracia de la propuesta expositiva: agregar fantasía, un ambiente juguetón, pero además rigor derivado del diseño y la fabricación de estos motivos, tanto como el azar que estimula el juego en el espectador motivado a adentrar en la acción y salir de alguna manera ganancioso de la jugada.
Las piñatas son un código de festividad, asumen una simbólica de carácter popular, pues en toda fiesta o reunión social y sobre todo de cumpleaños hay una piñata, con personas esperando que se rompan, sorteándolas con sus ojos tapados por un pañuelo o tela, hasta romperlas con un palo o varilla de madera. El origen de este ritual lúdico es antiquísimo, su tradición llegó a México durante la conquista española potenciando una clave de celebración, de la cual se apropió la tradición religiosa al representar la lucha entre el bien y el mal.
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
Pero la propuesta, como indica el título, cuestiona a partir de la misma pregunta ¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas?, o sea, estimula a saber ¿quién provoca el juego: el que la hace o diseña, o el que la rompe? Nos recuerda aquel decir el argot popular “el que la hace la paga”. Fija la cuestión no en quienes esperan las sorpresas que traerá el rito de romper este objeto lúdico, que también son importantes en la acción, sino como dije en quienes las rompen, y, con esa actitud hacer o fabricar al objeto para ser roto, con los ojos tapados, además de la exigencia de dar varios giros a sí mismos para desorientar a quien posee en ese momento el poder, antes de empezar a dar golpes de ciego hasta ubicar al sujeto y golpearlo sin contemplación, y, de esa manera, hasta que salten las golosinas o regalos preestablecidos que implica a los demás lanzarse a como de lugar a capturar la presa, el “tesoro”, y hacerlo entre la multitud, donde a veces y como todo en la vida se emerge golpeado, adolorido, pero con un buen pedazo entre manos del gustoso “pastel”.
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto de A. Artavia cortesía del MADC.
Desde el punto de vista del arte es una performance en regla, con la participación del público invitado y espectador, y un sujeto artístico que observa una cultura y tradición popular autóctona. Implica, en el fondo de esta práctica ¿quiénes son los invitados y quién es el celebrado?, el cual encabeza la lista a intentar romper la pieza, pero si no lo logra, será sustituido por los ya enlistados a hacerlo. Puede que exista toda una táctica del juego que se vuelve lucha, estrategia de provocación para con los presentes en la acción. Pero también, el proceder o ritual con el cual se asume una postura crítica, sobre todo, cuando se pueda asociar a aspectos gubernamentales, políticos o empresariales, cuando a una institución llega un jugoso presupuesto, trasciende que estará listo a “romper la piñata”, y en muchos casos, puede que implique corrupción, y que hacerlo sería penado por la ley. O sea, estar al margen o estar en orden dentro del progreso del juego.
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
Desde la simbólica y lectura del sentido de la forma y arte o diseño vernáculo, puede implicar la fe de los participantes, pues una de las formas más utilizadas desde la colonia en México, país de mayor difusión de esta tradición, es la esfera con siete picos, que la relaciona a los siete pecados capitales en la fe cristiana: La pereza, la envidia, la gula, la ira, la lujuria, la avaricia y la soberbia. Los colores del papel con que se adorna el objeto también representan las quisquillosas vanidades, así como la naturaleza de las tentaciones mundanas que son parte del entramado social en el cual nadie estará exento.
El curador del MADC, José Daniel Picado, respecto a esta práctica expositiva “refiere a la revisión de la piñata, como un objeto capaz de ser asociado a los dos campos disciplinares que trata el Museo, y con un elemento con un trasfondo, de alguna manera “singular”. En el específico ¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? Se plantea como un proceso de investigación y un ejercicio curatorial cuyo objetivo se delimita, en términos generales, a exhibir una parte de las aproximaciones y exploraciones que pueden resultar al definir a la piñata como objeto de estudio” (Picado, J. Brochure MADC 2022).
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
Arte/diseño
Por la misión y naturaleza misma de la institución cultural Museo, implica hacer un objeto enigmático pero jocoso, y él o la piñatera(o), quien los fabrica, asume una práctica creativa en tanto tiene de arte en su manifestación más pura de la idea, como del diseño que se preocupa por la construcción y fabricación con los materiales más adecuados como es el papel, las técnicas de corte, pegado, configuración elemental de la forma y su estructura portante, para que aquellas figuras no se desarmen con el primer golpe de una varilla.
El arte en ocasiones busca la funcionalidad, y dependiendo de la testarudez o la elocuencia de quien las recrea y fabrica, alcanzan una adecuada medida en tanto esta es una expresión creativa popular, pero que también implica costes, comercialización y proveer ganancias. Esto lo comprendió muy bien el equipo de curaduría del museo al calzar esas figuras juguetonas pero estéticas colgadas del techo de la sala principal, asumiendo ese otro código que somete el juego al recrear las posibles situaciones en que éstas, las piñatas, están concebidas y utilizadas.
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
De alguna manera en el fondo trasciende la idea sociológica de que lo que hago, me hace, y quizás por ello esta sociedad actual está tan de cabeza, apaleada desde diversos frentes, haciendo de esa figura un mundo, y como dicen los mismos mexicanos: “hacer de tripas corazón”. En la muestra participan artesanos nacionales e internacionales, en un conjunto ingenioso que dan otra cara a la sala expositiva, pero sin perder el rigor de la técnica y como dije: la naturaleza de la idea creativa.
Quisiera afirmar además que en mi situación personal valoro aquellas piezas que me obligan a buscar su interpretación y de superficies muy ásperas donde buscar y asimilar la comprensión, que me obligan a veces a (des)aprender y quitarme los vestidos que el tiempo me ha impuesto, pero que se vuelven quebradizos y carceleros de nuestra creatividad como expresa el poema Trajes de Jorge Debravo, y de esa forma dar una nueva posibilidad de reinventarnos a nosotros mismos.
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
MI juicio crítico respecto a la muestra en Sala 1 del MADC, y con esto concluyo, no tiene que ver con la museografía ni la curaduría de la propuesta, la cual exhibe un importante número de éstas figuras en muy diversos estados y estratos del juego vernáculo tradicional, sino hacia los fabricantes, que se han dejado seducir por el poder del mercado que los influencia y lleva a representar figuras como los Superhéroes, la Mujer maravilla, Superman, Batman, además el tema de la animalística u otras provenientes de programas televisivos o de la cinematografía, además, del imaginario de narrativas autóctonas que ahí están colgadas constituyendo un paisaje y sonoridad e fondo. Están presentes en la muestra hasta las piñatas para adultos, como las que representan productos alcohólicos o las marcas cerveceras, que podían influenciar a las conciencias más jóvenes y evidenciar la penetración comercial en la vida y territorialidad cultural del país.
¿Quién(es) rompe(n) hacen las piñatas? sala 1 del MADC. Foto lfq.
Este aspecto es muy sensible y abre las puertas a una oferta/demanda de componentes transculturales que debemos preguntarnos y reflexionar si son deseables en nuestra cultura local, o si son imposiciones del eterno referente hegemónico y que de alguna manera resta valor a lo propio. Son una reflexión punzante, o un garrotazo recibido como piñata, pero importante de tener respuestas para que el visitante al museo emerja convencido, pero no titubeante al preguntarse, ¿qué me están queriendo decir?
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