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Panamá: “¡Grítalo! Las campanas doblan por ti: Dos siglos de vida republicana”

  • Foto del escritor: Luis Fermando Quiros
    Luis Fermando Quiros
  • 18 feb 2022
  • 8 Min. de lectura

Arte Contemporáneo centroamericano 2021-2022


Humberto Vélez, 2021. Natá de los Caballeros. Recuperación sonora.


Las campanas, en los templos de pueblos y ciudades de estos países del istmo centroamericano, doblan en muy diversos momentos, y, cuando lo hacen, encienden la atención de los lugareños; el llamado común es el sepelio de uno de sus habitantes, lo hacen en forma de extrañamiento para distinguir a esa persona acompañándola hasta el campo santo a su última morada; en algunas regiones, es tiempo de reunirse, avivar la memoria de quien fenece, y manifestar el pésame a sus familiares. También -lanzan al aire las campanadas-, para un acto cívico o acontecimiento mayor, son formas de expresar celebración encendiendo la algarabía popular con pólvora, mascaradas, desfiles y carnaval. El título de esta muestra “El Pasado Adelante”, en Ciudad de Panamá, Casa del Soldado, curada por Adrienne Samos, busca ensalzar a la Patria, sellar esa memoria con una manera genuina de festejar el acontecimiento.


La suma histórica hoy celebrada es bastante singular: Panamá antes de la llegada de los conquistadores españoles, ya era un importante nudo para la circulación y formas primitivas de comercio. Durante la vida colonial fue espacio de encuentro de grupos étnicos y culturales, ruta para el tránsito de riquezas extraídas en Perú, traídas al puerto de Panamá La Vieja, una de los primeras ciudades en el Pacífico continental, para luego atravesar esta faja terrestre por su cintura o zona transversal, la más corta, paralela al canal, así redirigir esos tesoros hacia Europa desde Portobelo en el Caribe, además del tránsito longitudinal que conectaba las culturas del altiplano andino con Mesoamérica y la Aztlán.

Al trascender la independencia en 1821, en vez de adherirse a la capitanía general de Guatemala como lo hicieran las demás repúblicas del istmo, Panamá lo hizo a Colombia, que la acompañó a asumir su identidad como nación soberana con sus propios rasgos de identidad política, cultural, social y religiosa. Otro período sensible lo marca el canal e influencia norteamericana con sus nociones de dominación, enfrentamientos sociales y geopolíticos, e impele el despunte experimentado en la última parte del siglo XX, emporio económico además de su arte y una visualidad influida por su carácter de idiosincrasia, sociedad, creencias, mitos, tradiciones muchas arraigadas al sincretismo caribeño, de enorme riqueza y diversidad cultural.



Donna Conlon, proyecto de reforestación 2012, “Raíces”.


Adrienne Samos, historiadora, crítica y curadora panameña, en uno de los ensayos de su libro “Divorcio a la Panameña. Saltos y rupturas en el arte de Panamá 1990-2015”, publicado por Teorética, comenta:

“Contrario al resto de Centroamérica, Panamá no ha estado signada por el espectro de terribles desastres naturales o guerras civiles, y sin embargo los panameños han sentido que viven en “una nación a la intemperie”. (Samos. 2016. P.25)


Samos argumenta precisamente las vivencias provocadas por oscilaciones económicas y dominación en distintos momentos del devenir, que terminan alimentando la incertidumbre, apreciada en la criticidad de sus expresiones creativas. Al repasar los videos y textos del catálogo on line de esta propuesta, me pregunto: ¿Qué es vivir a la intemperie?, y, ¿puede el arte solventar esa adversidad o sentimiento de desprotección? Pero por otro, el carácter de diversidad convierte a esta nación en un trayecto abierto a la multiculturalidad que la distingue de las demás naciones de istmo, que reúne dos grandes masas continentales, lo cual Virginia Pérez-Ratton (1950 – 2010) y Tamara Díaz-Bringas (1973 -2022), llamaran en 2006 “Estrecho Dudoso”, precisamente por esa noción incierta del ¡No Saber Qué!


Es un discurso que motiva a recordar una entrevista que practiqué en la década de los noventa al historiador de arte brasileño Frederico de Morais, publicada en “La Fatal”, revista del MADC en sus inicios, quien centró sus respuestas en los procesos de documentar, apreciar y percibir el pasado desde la práctica de hoy, respecto a los medios que la tecnología en materia de documentación pone a disposición de los artistas e investigadores. Decía Morais: “Nada sustituye a la obra de arte”.


La realidad actual es distinta, con la pandemia del coronavirus, muchos cambios afectaron la cultura en el mundo, de pronto en 2020 y 2021, nos vimos encerrados en nuestros propios espacios de trabajo, talleres, estudios y habitaciones, concentrados leyendo, observando, apreciando, investigando, pues los museos del mundo habían clausurado sus puertas; también, galerías y espacios culturales en esas fechas tenían una débil representación virtual, los aeropuertos se detuvieron, al igual que los viajes entre los países, aunque no cesaron del todo, eran escasos. Creo que esto incrementó esa percepción de intemperie y temporal incierto a que refiere la curadora.



Donna Conlon, proyecto de reforestación 2012, “Raíces”. Documentación fotográfica.


Hoy esos medios virtuales de apreciar el arte, son la herramienta más cercana y sin embargo, aún estudiamos la historia del arte en las enciclopedias clásicas. No tuvimos las ventajas de vivir cerca de los grandes museos, casi no circulan importantes exposiciones en nuestros ámbitos geográficos. Creo yo que nos acostumbramos a conocer a los maestros del arte en páginas de libros y documentales. Doy este giro a mi reflexión, solo para explicar que aprendimos a examinar y a derivar conocimientos de las experiencias justamente virtuales o en las bibliotecas, sin dar descanso al espíritu crítico propio de investigar y cavar en las estratificaciones del suelo patrio.


Lo que me importa dejar entrever en este comentario, es que esta muestra en Panamá se hizo a partir de esos mis registros visuales, como el video, la fotografía, la documentación fotográfica, dotada del carisma alegre y desenfadado del panameño, que lo distingue en el área y que son abordajes fundamentales en su visualidad contemporánea. Samos, en el citado libro, agrega una nueva descripción de dicho carácter del arte local:

La realidad urbana, el omnipresente entorno tropical, la reinterpretación de técnicas aborígenes o tradicionales, la abierta sensualidad, el comentario social en clave irónica, el humor desenfadado, y el cuerpo como metáfora. (Samos. 2016. P.32)


Por esta razón son tan valiosas estas documentaciones y catálogos con textos, videos, fotografías de la muestra que la Agencia de Cooperación Española propuso para celebrar el bicentenario de las naciones centroamericanas, curaduría general de Tamara Díaz-Brincas y Ricardo Ramón Jarne, enlazadas en su página web, con las muestras por país, con sus propios artistas y curador, montadas en los recintos de los Centros Culturales de esta región.



Tatu Golden, Gustavo Esquina De La Espada, Tito Esquina, Baltazar Castellano, Olga Manzano. Mural en Casa del Soldado.


Artistas expositores en Panamá

Exhiben Donna Conlon quien encabeza un proyecto con los vecinos del Casco Viejo. Tatu Golden, Gustavo Esquina De La Espada, Tito Esquina, Baltazar Castellano, Olga Manzano y las comunidades negras de la costa atlántica elaboraron un enorme mural que muestra esa afinidad sincrética o religiosa caribeña. Humberto Vélez y los campaneros de la Parroquia de Natá de los Caballeros, lanzan al aire las tonadas tan propias de esos ritmos carnavaleros al sonar las campanas al aire. Iraida Icaza y los pueblos de Azuero repasan sus carismas populares y entornos. Tova Katzman y un grupo de constructores de barcos a la ribera del Canal presentan un video sobre la salvación de Doña Nora, una embarcación que fue recuperada y que evoca extrañamiento por el tiempo.


Repaso de las propuestas

Donna Conlon, en 2012 creó “Raíces”, se trata de una intervención al espacio público urbano, siembra de árboles en un terreno baldío junto a plaza Herrera, continúa con las pautas de la reforestación inteligente y la concurrencia de los residentes del Casco Viejo de Panamá. Connlon comenta:

La palabra ‘raíces’ alude a la tierra y también a los bienes inmuebles. El acto de plantar árboles jóvenes de especies nativas cuestiona los diferentes tipos de valor que tiene la tierra. Los promotores de bienes raíces ven la tierra en términos de metros cuadrados para vender, comprar y construir, sobre todo en un lugar como el Casco Viejo, que se está aburguesando a gran velocidad. Sin embargo, la tierra tiene otro valor: el suelo es un lugar para que crezcan las plantas. Y las áreas verdes pueden convertirse en áreas sociales. (Connlon 2021, texto de la muestra)


Iraida Icaza, propuesta de 2021, en la cual expone “Sin título”, de la serie «El canto de la capisucia», y agrega:

“Mis motivaciones artísticas para investigar y documentar estas casas son a la vez históricas y contemporáneas. Sus procesos rituales de construcción se rigen por sólidas reglas y conceptos de diseño, establecen vínculos sociales y –lo más importante– otorgan un sentido de solidaridad y de responsabilidad conjunta”. (Icaza 2021, texto de la muestra)


La pieza de Tova Katzman de 2021 titulada “Doña Nora”, fotografías y audiovisual, 2018-2021, evoca las vivencias de los pobladores de los márgenes del canal durante la ampliación. Agrega:

“Me pasé un año retratando las vivencias de una comunidad de constructores de barcos que trabajaban y en algunos casos vivían en talleres improvisados en la ribera del canal de Panamá. Cuando me enteré de que las autoridades los obligaron a desalojar el área, llegué y me encontré con Ángel tratando de salvar a Doña Nora”. (Katzman 2021, texto de la muestra)


Se trata del video de una barca la cual un grupo de trabajadores intentaba remover, sin lograr los intentos, quizás el peso de la barca, la poca fuerza de los motores e individuos que forcejeaban, asimila lo sucedido con los proyectos actuales. Sin embargo, vemos la fotografía de “Doña Nora”, rejuvenecida en una playa, signo de que lo lograron a pesar del carácter de lo incierto aparente en el registro del video.


Tatu Golden, Gustavo Esquina De La Espada, Tito Esquina, Baltazar Castellano, Olga Manzano y las comunidades negras de la costa atlántica, exponen la documentación titulada “La travesía”, un mural de 132 metros cuadrados, en técnica mixta sobre el muro externo del CCE - Casa del Soldado, San Felipe, Panamá, fotografíado por Tova Katzman. Al respecto Gustavo Esquina de La Espada agrega:

A Tatú, Tito y a mí –portobeleños de nacimiento y de corazón– trabajar con Olga y Baltazar, dos afromexicanos de gran talento, en la concepción y ejecución de un mural tan grande y complejo, nos abrió los ojos al hecho de que los pueblos negros de buena parte de la costa atlántica conservamos muchos de los mismos recuerdos y ritos, aunque a menudo con nombres y atributos distintos. Pero ese fondo, esa esencia, es nuestro legado espiritual en común. También compartimos y aprendimos valiosas técnicas del arte muralista. Fue un gran reto y una experiencia preciosa. (Esquina de la Espada, 2021, texto de la muestra)


Este proyecto en Casa del Soldado, me recuerda una visita a mediados de los años noventa que hice a Portobello, sorprendido con aquella comunidad de pintores naive con la motivación que les infundía la fotógrafa contemporánea Sandra Eleta. Al mirar la fotografía del mural, de inmediato nos imprime aquella mirada profunda y mística del Cristo Negro, que tanta devoción enciende en la población panameña, aunado a ciertas nociones sincréticas yorubas, con la deidad de los mares del mundo, Yemayá, y otras tradiciones caribeñas.


Finalmente, el connotado artista contemporáneo Humberto Vélez, de 2019, presenta “Natá de los Campaneros”, una obra sonora e imágenes que forman parte de la documentación y presentan a Hugo Alejandro y Pancho Osses, dos jóvenes locales tocando las campanas de la Parroquia de Natá de los Caballeros, uno de los primeros templos de la tradición católica fundados en la costa pacífica que poseen una fuerte identidad, y que Vélez recupera para afirmar ese espíritu y algarabía tan propia del panameño:

“Nuestra manera cotidiana de comportarnos y expresarnos es singular, extravagante e imposible de explicar en palabras. Sólo cuando entendamos que somos únicos, podremos empezar a ser libres. Libres de ser lo que somos, de inventar nuestro propio mundo personal y colectivo”. . (Vélez, 2021, texto de la muestra)



Tatu Golden, Gustavo Esquina De La Espada, Tito Esquina, Baltazar Castellano, Olga Manzano. Mural en Casa del Soldado.


La presente mirada sociológica y comentario crítico acerca del arte contemporáneo de la República de Panamá -y con esto concluyo-, observa ese carácter, naturalidad y signo de nacionalidad que hemos venido destacando al intentar distinguir la diversidad de discursos y visiones del arte centroamericano actual. Devela esas fortalezas actuales que importa recuperar e instituir, pues en tanto miradas harán reverdecer otros paisajes de nuestras prácticas crítico-creativas regionales, necesarias mantener vivas, para que trasciendan en un singular mundo la diversidad y riqueza cultural.





 
 
 

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