Memoria de un evento en
Calle Mora y Rotonda de las Garantías Sociales
Ubicación del Parque Los Pinos en Calle Mora y Rotonda de las Garantías, Zapote.
El proyecto de este parque entre Calle Mora y la Rotonda de las Garantías Sociales, Zapote, va creciendo.Recién se presentó a la comunidad el diseño de jardines, arborización y mejoramiento urbano. Importante el apoyo de los vecinos y las organizaciones civiles y estatales, así como el de la Municipalidad e San José para que la idea se haga realidad y sea muestra o ejemplo de lo que se puede lograr.
En los años setenta y ochenta del siglo pasado, se realizaban en algunos lugares de San José, y otras ciudades del país, los Parques de la Expresión, eran muestras de artes visuales al aire libre. Importaban en tanto ofrecían a los artistas espacios que eran visitados por muchas personas que podían apreciar, adquirir, o colectar arte con mejores precios pues eran comprados directamente al autor, y muchos otros beneficios culturales y sociales del habitar la ciudad y darle un sentido creativo a sus espacios de interacción.
Rolando Castellón, marcos y objetos Povera. 2022
El pasado sábado 17 de abril de 2022, se inauguró un pequeño pero significativo acre verde-creativo en San José, Zapote, en un pequeño parquecito llamado “Los Pinos”, (lado Este de la cancha del Colegio de Abogados, calle Mora) y la rotonda de las Garantías Sociales). Los vecinos de alrededores de esa calle se percataron, una vez concluidas las obras de la rotonda, que un remanente del terreno público permitiría albergar un espacio para el arte y la creatividad, con una intervención al estilo del “Arte Povera “y el “Arte del paisaje” o “Land Art”, creando intervenciones que utilizaron materiales, vegetación, troncos, piedras propias del lugar. Uno de los principales gestores de la idea fue el maestro Rolando Castellón, quien al frente de un grupo de artistas venidos de Portugal, entre otros el maestro Miguel Mezquita Guimaraes, y otros costarricenses: los escultores Marvin Castro y Alexander Cháves Villalobos, realizaron una creación “in situ” que transformó la calidad de vida del lugar.
Alexander Cháves. El Perro. 2022 Obra efímera con escombros.
El carácter de Arte Povera observa la función de los materiales encontrados en el lugar y su transformación con el paso del tiempo, generalmente son propuestas efímeras, pero con capacidad de manifestar una expresión, un gesto creativo propio de estos tiempos que llamamos contemporáneos o de “Emergencia”. Este arte se gestó a mediados de la década de los años sesenta del siglo XX, con artistas piamonteses de Turín, Italia, encabezados por el crítico Germano Celant, que murió el año pasado a causa del Covid 19.
El perrito de madera que arrastra el tronco para salvarlo del tránsito de la circunvalación. 2022
La tendencia actual del arte busca evidenciar escenarios de sostenibilidad, con cero transportación de materiales, cero gastos en montaje, creando a partir de los residuos de una construcción como la que ocurrió ahí con la rotonda de Las Garantías y que el arte se propone borrar la huella del proceso de construcción que violentó el paisaje del lugar por varios meses. Y se le llama de “Emergencia”, en tanto protagoniza la creatividad de las personas que acuden al lugar, regenerando puntos focales con ideas sencillas pero profundas, que nos motiven a reflexionar sobre el valor del arte y la creatividad. Por ejemplo, en uno de los árboles entre sus gruesas ramas se recogió el remanente que sueltan los pinos usándolos como paja para conformar un nido, y dos piedras figuran como los huevecillos del ave, simbolismo que recrea la metáfora de anidar y de motivarnos a repensar el valor actual de esos imaginarios simbólicos que regeneran el arte y a los artistas.
La rotonda de las Garantías. Instalación con piedras, troncos y tierra. 2022
Un montículo de tierra y escombros de la construcción, con terrones, piedras y residuos de formaleta, configura lo que el artista Cháves Villalobos pensó representara a un perro, manifestación que de inmediato nos engulle en la problemática del maltrato animal y el abandono, para lo cual existe una ley de la República que castiga el acto, pero que casi nadie respeta ni cumple. Al centro del montículo sobre las asperezas del terrón está escrita la palabra “vida”. Esto nos evoca la función de la materia viva y originaria del planeta, la tierra, en el Arte del paisaje, donde la materia no es solo para contemplar, pintar, o fotografíar, sino que, ella misma, se hace obra de arte y centro de la reflexión: La tierra misma y los materiales del entorno se vuelven la obra. Esto importa recarcarlo para que deje huella en nuestra conducta, en nuestra memoria.
Uno de los grandes artistas de esta tendencia del arte en la Emergencia, es el francés Pierre Huyghe, quien crea enormes movimientos de tierra y aguas, para generar una especie de grandes charcos que al verlos, parecieran venírsenos encima como un deslave o terraplén, pero nos infunde respeto por esa materia origen del planeta y su significación en la vida, y el respeto que requiere el planeta Tierra: su tierra, su agua, su aire.
Otra pieza que me encantó por el poder de la metáfora es un tronco de pino tirado en el lugar, y un perro de madera o juego infantil que lo mueve y parece que lo arrastra hacia adentro del triángulos de terreno, como queriéndolo rescatar del voluminoso monstruo del tránsito vehicular y de los contaminantes que embadurnan la atmósfera, como asirlo a su dentadura con fuerza para tragárselo ante la carencias de alimentos u otros desafectos contra la naturaleza viva que nos donó el Credor para nuestra vida, pero que poco a poco es destruida por las acciones de nosotros mismos.
Las fotografías hablan por sí solas de la transformación que provocó el arte, por suerte que en esos momentos estaba presente una personera del departamento de Cultura de la Municipalidad capitalina, pues la intervención creativa al lugar ocurrido en Calle Mora tipifica lo que pudiera ocurrir si muchos de esos espacios públicos que hoy lucen desolados, maltratados y abandonados, pudieran rescatarse con la intención de formar parte del arte urbano en emergencia, al cuidado de los vecinos que tienen amor y demuestran pasión y emocionalidad por los lugares que habitan.
Hacer arte con poco, con lo que se tenga, es una tendencia que hace cultura. Yo siempre he dicho que yo pude hacer arte con quizás lo que traga en el bolsillo de mi pantalón. Y eso porque creo en mis talentos que infundió Dios para ser artista, crítico y creativo. No tengo que ir muy lejos o viajar a Japón, Alemania o Nueva York para hacerlo. Es suficiente lo poco que tenga para hacer mucho, pero requiere creatividad, pasión al hacer y demostrar amor por el entorno donde vivimos.
Pero todo esto requiere un cambio en la conducta del habitante, dejar de ver con desprecio lo que no entiende, darse la oportunidad de comprenderlo. Aquí habrá otra tarea para las personas que trabajan en las municipalidades: pensar en campañas de tolerancia con el medio, con el entorno, con la cultura del lugar, y, con este carácter de proyectos “Povera” ponerle espejos a los habitantes para que se vean en ellos, digo, que se sientan parte del paisaje que cohabitan, que cohabitamos como parte de una patria que amamos.
Respecto a la pandemia que tantas perdidas trajo a la humanidad, yo veo una fortaleza, y es precisamente que antes de ver el mundo atorado, surgen muchas oportunidades para volver al presente, reiniciarlo, desatorarlo, y esos cambios son beneficiosos, si aplicamos el talento de nuestra creatividad. Ya se dan cambios en pro y en contra, como la guerra en Ucrania por la invasión rusa, el alza en los combustibles y los derivados del trigo. Pero el desafío a lo bueno, aún está por darse, pero está en las mentes de quienes aman la cultura y a su tierra, valorar su memoria y libertad para crear.
Un comentario de Luis Fernando Quirós
Acreditado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo Costa Rica.
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