Vista de la renovada sala de arqueología del Museo Nacional, 2022. Foto LFQ.
El Museo Nacional de Costa Rica, renueva la sala de arqueología con una muestra temporal, en la cual exhibe obras antes no expuestas las cuales sorprenden a nuestra mirada reflexiva y crítica, y que no puede pasar desapercibida por lo que requiere comentar. Siempre he dicho que una exposición que motive a hacer conexiones, a evocar otras expertiencias del género y nos reencuentre con nuestra identidad nacional de su patrimonio, es una propuesta importante, asi que voy a intentar recordar en este ejercio todas esas cavilaciones que me encendieron durante la visita a esta renovada sala.
Ficha 1
Primero, la piedra, material principal de la muestra
Al ir leyendo las fichas técnicas y encontrar nombres como andesita, tova, basalto, arenisca, motivaban a preguntarme por qué sería que las utilizaban, qué conocimiento tan certero tenían nuestros ancestros de la lítica del planetam que hoy día es toda una ciencia. Uno de los textos impresos de pared, me brindó las respuestas y agrega: “Herancia milenaria les enseñó a escoger la piedra correcta” (ficha 1).
Figura humana con penacho. 2022. Foto LFQ.
Aquella experiencia de caminar por entre lo expuesto, estimuló a evocar un viaje en 2018 a la región de Cusco, Perú, fue cuando volví maravillado por lo visto y en particular por la roca dura del planeta, y por ello publiqué en la revista on line La Fatalísima No, 18, un texto el cual cito algunos extractos: La piedra o roca en tanto son materia dura de la entraña del planeta o cósmica, posee un amplio valor constructivo para la historia e imaginarios de la humanidad. Existen vivos ejemplos de su uso en la arquitectura civil o militar para la construcción de puentes, murallas, castillos, calzadas; o dentro de un orden conmemorativo, espiritual y funerario (como las esculturas apreciadas hoy en el Museo Nacional), o como los monumentos megalíticos denominados menhíres, dólmenes, crómlech, tumbas, pirámides, zigurats, estelas, arcos del triunfo que poseen sus respectivos valores y calificativos.
La ciencia estudia esta rama de la geología determinada como Petrología, distinguiendo tres tipos de roca: las magmáticas (volcánicas, como el granito volcánico), las sedimentarias (sedimentos marinos o pluviales) y las metamórficas (capas de roca que por las circunstancias tectónicas adquieren cohesión y se hacen una forma única). También están las canteras a cielo abierto donde se extraen enormes bloques de mármoles u otras piedras para la construcción de edificios o para ser esculpidas por los escultores.
El universo en su complejidad está compuesto por distintos sistemas planetarios, reconocemos la Vía Láctea en tanto a él pertenece nuestro sistema solar; pero esa visión de cuerpos de luz o celestes que flotan en el espacio cósmico, está compuesta de rocas que a veces colisionan entre sí, como los llamados meteoritos que al friccionar contra la atmósfera terrestre se desintegran. El planeta Tierra es una conglomeración geológica de diversidad de caracteres y especificidades matéricas: las enormes cordilleras y las montañas en los fondos marinos; los cauces o cuencas de los ríos y lagos; los volcanes que, en conexión con el fondo terrestre eructan magma (piedra fundida) la cual al llegar al exterior de la cavidad telúrica y enfriarse se convierte en roca (granito volcánico), o en cenizas que también son piedra molida.
Figura humana con animal en su cabeza. Foto lFQ. 2022.
Figura humana con arma y cabeza trofeo. Foto lFQ. 2022.
La historiadora, crítica y curadora de arte la cubana Clara Astiasarán en el texto de la exposición “Recorrido sobre un Signum múltiple” de Karen Clachar en los antiguos calabozos del Cuartel de Bellavista hoy el Museo Nacional, citó a Mircea Eliade en el capítulo que le dedica al Tratado de Historia de las Religiones, señalando que la piedra: “en su primitivismo atávico, en su virginidad y rudimento, aún sin intervenirla ni transformarla, guarda una substancia original e integral que crece en su contacto y se reafirma en cada golpe. Su médula viva es poseedora de la entereza del ritmo, de la generosidad de los espacios de luz, del envoltorio del tiempo, del ruido y del silencio más atronador”.
Deduce que una piedra por pequeña que sea requiere respeto, pues al igual que la tierra, son materia sacra, origen del planeta y el universo, pero mucho más, cuando ésta ha sido trabajada por el ser humano, sensible, con talento para sacarle provecho y crear contenido. En el templo de Ollantaytambo en el Valle Sagrado de los Incas, el altar al Sol fue echo con lápidas de granito rosado, cuyos cantos son perfectos y por los acoples entre estas no pasa una hoja de papel.
Para la historia de las escrituras la piedra, en tanto materia dura sirvió para tallar en sus superficies las escrituras cuneiformes, jeroglíficas e ideogramáticas de los imperios agrarios de la Antigüedad, sumando a los orientales, a los grifos mayas en nuestra Mesoamérica, y las marcas o incisiones en piedra llamados petroglifos, que, a propósito de esta renovada sala del Museo Nacional, son abundantes los ejemplos de petroglifos expuestos.
Vusta de sala. Foto LFQ. 2022.
Diversidad de tipologías de metates esculpidos en piedra. Foto LFQ 2022
Segundo: El contenido de las esculturas en piedra
Quizás ese sea el ejercicio de mayor interés de estos comentarios personales que publico, se trata de lo que la lectura de la muestra me permite interpretar, que puede ser distinta a la de los científicos como el arqueólogo, pero representan una experiencia forjada con la insistencia de ver, de visitar muestras, e investigar esos significados profundos en las artes visuales de nuestros tiempos actuales.
La primera pieza que me motiva a comentar es una escultura humana con cresta y base de espiga, en basalto o lava de grano muy fino encontrada de el Diquís zona Sur del país, cuya temporalidad dista entre 1500-1450 a.P. Es una pieza extraordinaria, demuestra el talento y sensibilidad que poseían los escultores prehispánicos, en su concepción asimétrica y casi hasta se puede hablar de representación de la morfología humana. Por algunas características del material, que la deforman, pero la hacen más original generando diversas lecturas, como dije de ese carácter asimétrico al cual no nos tenía acostumbrados nuestros escultores originarios, ésta más parece proceder de una artista actual.
Glifos o petrograbados. Foto LFQ. 2022.
La otra pieza que me desvela, es la figura de un hombre en posición firme con un animal en su cabeza. Me recuerda aquellas enormes esculturas de la arquitectura egipcia en las fachadas de las edificaciones líticas, que ofrecen una lectura de alto poder, de dignatarios que portan el signo de orgullo y sacralidad de su cultura. Si bien es cierto que estas piezas fueron encontradas cerca de cementerios donde estaba enterrados personalidades importantes de aquellas sociedades, ya de por sí motivan esta lectura. La procedencia de estas piezas es del Norte del país, y del otro lado de la frontera con Nicaragua (Ficha 2)
En la zona central de la sala se encuentras dispuestas dos esculturas que recuerdan la forma de una marmita, que representan a una fémina postrada, con la oquedad contenedora en su vientre. Pues la lectura que me ofrece refuerza la eterna misión de la mujer, también en aquellas sociedades del pasado, quien ofrece su vientre para la procreación de la vida humana, y en ese caso como contenedor que es un signo místico, de una oquedad, vientre y útero o copa en tanto que se le ofrece el contenido a la deidad creadora del Universo.
Figura materna. Foto LFQ. 2022.
Las otras piezas que me llaman poderosamente la atención son los metates llamados “marimba”, rectangulares, que me sorprenden por la “luz” existente entre sus tres apoyos o patas, pues esculpir a piedra contra piedra y lograr esa delgadez, que parece romperse con solo verla, es algo realmente único, aquí y en cualquier otra parte del planeta.
Metate largo tipo marimba. LFQ. 2022.
El tercer punto: la técnica de esculpir
Creo que en el momento de visitar lo exhibido mi mente experimentaba un hervor como cocinar una sopa de olla de carne, en esas marmitas modernas, hay de todo, pero al sentarse a escribir, ocurre que todo se me olvida. Hoy en día se cuenta con un instrumental importante que la tecnología pone al haber del escultor o para los trabajos más especializados de la construcción, aún así, no digo que sea imposible, pero es complicado resolver esa delicadeza y finura del tratamiento de la materia dura, la piedra, sin que se rompa. Y cuando apreciamos los paneles colgantes de los metates, entre otros, la percepción es extraordinaria. Sumado a que para moverlos de un lugar a otro era complejo sin montacargas y otros equipos. Esto hace de este arte de la lítica originaria prehispánica, algo genuino y sin parangón. Nos dice de la exquisitez de criterios y conceptos de calidad que motivaron su realización y producción, vistos a nuestros saberes actuales, pero sin duda, y como dije, únicos.
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