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Retazos de Artaud [Cuerpo, Performance, Locura]






La performance, el cuerpo y la locura, acompañada de Antonin Artaud

Cristín Sibaja, investigadora


Los siguientes minutos son parte un movimiento de libertad, sí… así lo veo yo… Bueno, uno de los tantos! Un decir que no a muchas cuestiones académicas y de otros tipos que me incomodaron y probablemente siga pasando, pero, suficiente para decirlo y hacer algo. Aquí entonces, un breve relato de una investigación que realizo actualmente, en la que intento poner en dialogo La performance, el cuerpo y la locura, acompañada de Antonin Artaud.

Es importante considerar que Artaud parece resistirse a los conceptos y a los criterios de juicio analítico; ante lo cual me uno en este espacio de investigación en la medida de las posibilidades a respetar. Tomando la propuesta de la escritora Susan Sontag en su ensayo “Contra la interpretación” en el que propone mayor atención a la forma, a lo descriptivo, para ir disolviendo las interpretaciones de contenido, mostrando lo que está y no lo que significa (en ese caso tendría que ser Artaud quien se refiera a eso, si es que él mismo sabía!). Apuntando a una erótica del arte, en lugar de una hermenéutica.



Cristin Sibaja, autora


Fue la conjunción entre su vida, su creación, sus actos, su locura y su noción del cuerpo lo que me hizo tomarlo como referente para articular esta propuesta.

Antonin Artaud (1896-1948), artista francés dedicado al teatro y a la poesía. Reconocido por su producción artística y revolucionaria, como el Teatro de la Crueldad, por mencionar alguno; su relación con el movimiento de la época -el surrealismo- y su incesante búsqueda de la propia existencia. Internado largamente en “casas de salud”, sufrió cuantiosas idas y venidas a hospitales psiquiátricos y prácticas severas propias de la época (electroshocks) que buscaban curar su locura.

Cito a Stopellman y Hardmeier:

Su insurrección se dirige contra todo pensamiento que intente ocultar las verdaderas causas del dolor humano. Su vida es un escándalo de desesperación. Su arte, un intento escandaloso por suprimir las causas de su desesperación. Su poesía no quiere explicar nada. Su teatro no pretende representar nada. Su obra es un gran ejercicio de “lucidez”. Lúcido es quien puede ver la otra realidad posible. Y para ser lúcido se debe ser “cruel”. La crueldad no implica simple destrucción, sino rigor y determinación en lo que se vive y en lo que se crea. Aunque haya que jugarse el propio cuerpo. Aunque el precio sea la locura o la muerte. Antonin Artaud, el hombre para quien los límites sólo existen para ser transgredidos. Su obra no invita a una lectura o a un pensamiento, sino a un acto de transgresión. Quienes estén dispuestos a ello, pueden acercarse a su rebelión total. (G. Stoppelman & J. Hardmeier, 1998: p. 5).



Acercarse a la vida de Antonin Artaud es complejo. Existen muchas fuentes, recursos y distintas aproximaciones realizadas por diversos biógrafos que han rehecho una y otra vez su historia. Este no es el caso, ya lo verán.. imposible una cronología.

La vida social de Artaud fue muy intensa y con muchos altibajos, los estudios realizados apuntan en distintas direcciones, incluso, algunos lo colocan sobre un mito.

Distingo brevemente algunos momentos y singularidades que a mi parecer marcan y clarifican algo de su trayectoria personal y artística.

Nace un 4 de septiembre de 1896, durante la III República Francesa, un periodo marcado por reformas sociales y apasionadamente político para los franceses.

Su padre francés y su madre de origen griego una hermana y un hermano. En aquel contexto, una familia burguesa acomodada que vivía del comercio en los mercados mediterráneos.

A los 5 años le detectan meningitis, según el mismo Artaud esto le generó incesantes dolores de cabeza, decía que era como un estado de aplastamiento y de compresión física acompañados de neuralgias faciales, Y esa, una de las causas que lo llevó inicialmente por diversos centros de rehabilitación.

En su juventud empezó a crear sus propios poemas y más adelante se iría convirtiendo en un apasionado de Baudelaire, Rollinat y en especial de Edgar Allan Poe. Poetas transgresores en su época, para algunos catalogados como poetas malditos, producto de su vida de excesos y la perspectiva oscura que matizaban en sus obras, como los horrores físicos, y el terror estampado en sus imágenes. Estos autores ejercieron una notoria influencia en la literatura simbolista y en el surrealismo francés, del que más adelante Artaud sería una figura destacada.

A sus 18 años de edad Artaud finaliza el bachillerato en filosofía envuelto en una llamada crisis mística que lo llevaría un año después a su primer internamiento.

De allí deambula un par años de sanatorio en sanatorio sin obtener resultados aparentes. Finalmente son sus padres quienes lo envían a Suiza por dos años (1918-1919) a la clínica del Dr. Dardel.

El siguiente momento lo reconozco en Paris, en 1920. Aquí se da un antes y un después en la trayectoria de vida y de producción artística.

Siguen sus padres en el afán de encontrar una cura a su enfermedad. Y lo envían por referencia del médico anterior a donde otro, pero esta vez sería uno que lo trata diferente, el Dr Toulouse, un médico innovador y revolucionario de esa época y que además de médico incursionaba en la carrera periodística.

Aquí se da un punto de inflexión, y me gusta mucho, porque este Dr no lo trata como un enfermo; además de notar el potencial que a su vista poseía el joven Artaud tan pronto como pudo lo incorpora a trabajar con él. Inicialmente en labores bibliotecarias, corrigiendo artículos médicos y más tarde le daría un lugar como columnista. A partir de ese momento comienza a relacionarse con gente de los ámbitos de la cultura, intelectuales de la época y artistas. También se reencuentra con su tío Louis Nalpas un destacado productor cinematográfico y con el que Artaud compartía la afición por el cine. Es Nalpas quien lo introduce en este mundo y a la vez lo recomienda con personajes influyentes de esta escena, producto de ello obtiene algunos papeles teatrales.


Es por lo anterior que resalto esta década en Paris como el periodo iniciático de abundante creación literaria, teatral y cinematográfica del personaje ilustrado.

Aquí algunas de sus creaciones, y digo algunas porque si ya conocen de Artaud o les interesa, se toparan al igual que yo con un sinfín de material alucinante que nos hereda. Entre ellos: Tric Trac du ciel, el Ombligo de los limbos, el Pesa nervios, Fragmentos de un diario del infierno; además de fundar el teatro Alfred Jarry en asociación con Roger Vitrace.

También introduce el concepto del Teatro de la Crueldad, una forma de revolucionar la literatura y que trata de dejar de lado las ideas de sumisión, al texto o al actor en la puesta en escena… dejar de lado las ideas de sumisión (¡a propósito de la sublevación!). Es en este teatro, el de la crueldad donde Artaud propone que es el público quien debe de renacer, cosa que no lograría ponerse a prueba pues nunca logró poner en funcionamiento su teatro. Como resultado surgen los dos manifiestos del Teatro de la Crueldad. Años más tarde, en 1938, se publican conferencias en el libro El Teatro y su Doble.

Protagoniza algunos papeles cinematográficos interpretando el personaje del monje en La pasión de Juana de Arco de Dreyer y participó en la controvertida película documental Visions d'Histoire de Léon Poirier. Al mismo tiempo que escribía algunos guiones, siendo La Coquille y el clérigo él único que fue adaptado a la pantalla. Y Les Cenci la obra que logró tener mayor articulación en el Teatro de la Crueldad. Este recorrido de obras me hace reconocer nuevamente la importancia que tuvo el Dr Toulouse en la vida de Artaud porque de alguna manera potenció la creación artística de este personaje.

Y el último de estos momentos que planteo es desde su viaje a México en 1936 hasta su muerte en Francia en 1948. En el que hoy no me detendré ni detallaré, porque aunque su experiencia en tierras mexicanas fue como de costumbre en Artaud cautivante, quiero hacer énfasis puntual en sus producciones , recuerden son solo algunas.

Por ejemplo: El rito del peyote entre los tarahumaras, relata los ritos, su experiencia al consumir la planta sagrada y las posteriores reflexiones a las que llegó.

En 1947, tras su distinguida participación en el Teatro Vieux-Colombier con la obra Antonin Artaud, una sombra de sí mismo, y aún con el evidente daño físico que se causa, se dice que el público quedó encantado. Además escribe el libro Van Gogh's suicide of society, en el que a semejanza del pintor holandés, Artaud reclama su condición de loco, renunciando al conformismo que suponía para él. Es en este mismo año, y al lado de María Casares, Paule Thévenin y Roger Blin es que Artaud graba el programa radiofónico Para poner fin al juicio de Dios, programa que sería censurado por los comentarios escandalosos, que para algunos contenía. Dicho programa se emitirá un mes después de su muerte, en abril de 1948.

Artaud muere a la edad de 52 años, dejando un legado significativo en sus distintas manifestaciones artísticas, principalmente en la literatura y el teatro, sentando las bases del teatro europeo contemporáneo.

Ya lo decía Artaud, lo cito, “Siempre me quieren oír hablar de, quieren escuchar una conferencia objetiva sobre “El Teatro y la Peste”, y yo lo que quiero es darles la experiencia misma de ello, la peste misma, para que se aterroricen y despierten. Quiero despertarlos. No se dan cuenta de que están muertos. Su muerte es completa, como una sordera, una ceguera. Lo que yo les mostré es la agonía. La mía, sí, y la de todos los que viven”. (Nin, 1984: 243).


Eso que Artaud dice en la cita anterior a su amiga Anaïs Nin, después de que el público abandonara la sala y abucheara su presentación habla un poco de la intención de articular estas formas distintas de crear, y de generar otras sensaciones que no necesariamente tienen que ser placenteras para los demás.

El recorrido que acabo de hacer, me hizo llegar a distinguir a Artaud en la performance, pues en sus distintas manifestaciones artísticas invitaba a su cuerpo y a su voz (gestos, sonidos, imágenes, alientos) principalmente, a ser parte de su obra.

En el caso de Antonin Artaud, recopilar el registro de sus manifestaciones performáticas, implica un reto. En su época no existían los recursos para capturar estas acciones.

Me pasó que cuando comencé esta investigación deseaba encontrar material audiovisual, y por una coincidencia me topé con Theophile Choquet un actor y comediante francés que se siendo miembro de la Association Rodez Antonin Artaud se encarga de difundir su obra a través de lecturas públicas, performances poéticas y conferencias, Theophile me cuenta que lastimosamente, no existe ningún registro en video, ni captación de una obra de teatro de Artaud, ni siquiera de un ensayo. La práctica de filmar las producciones teatrales se desarrolló en Francia sobre todo a partir de los años 1960.

Existen fotos de sus puestas en escenas, con el Théâtre Alfred Jarry por lo que, un aspecto problemático de la investigación en la obra de Artaud tiene que ver con el hecho que podemos tener una idea más o menos lejana de cómo eran sus obras teatrales, apreciando su actuación personal en las películas de cine mudo. Por esta razón, fue que decidí acercarme a sus escritos para recorrer junto a él su llamada revolución corporal.

Según Artaud para librarse de los tormentos de la vida, surge toda expresión auténtica, artística, aunque sea un suplicio que uno se inflinge a sí mismo. En su mundo, donde el arte y la vida se funden inextricablemente aparecen sus escritos, sus poemas, sus dibujos, sus actuaciones destapando su sufrimiento mientras trata de curar su cuerpo y su alma.

Siendo Antonin Artuad una figura que a través de la historia fue etiquetado como enfermo, y diagnosticado una y otra vez por el sector médico. Se hace necesario darle un lugar a su locura, sin proclamarse su portavoz como diría Allouche. Pero sí, darle un lugar, alejado de las patologizaciones y etiquetas infinitas.

Cierro con una anécdota que Beatriz Aguad psicoanalista mexicana hace referencia en la revista de psicoanálisis “Me cayó el 20”, allí ella comenta que uno de los amigos íntimos de Artaud, Roger Blin cuenta que en uno de los hospitales en Paris donde fue transferido Artuad se encuentra con Lacan y este le dijo lo siguiente: “la excelente salud física de Artaud le permitirá vivir hasta los 80 años, pero su estado mental desesperado le impedirá sin duda toda creación. Aguad dice “Lacan se equivocó de punta a punta y agrega la siguiente cita de Lorenzo Chiesa: “Este diagnóstico resultó completamente equivocado Artaud falleció diez años después, en ese tiempo había escrito 6 libros y dejado muchos cientos de cuadernos de notas.


Lectura presentada en la mesa de investigación por Costa Rica, en Continuo Latinoamericano de Performance, el 22 de noviembre de 2020 en Zoom y FB Live.



Como parte del proceso y participación en el Continuo Latidoamericano de Performance se me ocurrió una propuesta en video que artistas y personas cercanas de forma colaborativa y desinteresada aceptaron apoyar. La cual nombré: Retazos de Artaud, cuerpo, perfomance y locura…desde otras voces, gestos, alientos, cuerpos y singularidades.

Propuesta que recopila citas de textos de Antonin Artaud, las que a mi percepción amarraban esta triada: performance, cuerpo, locura desde el personaje ilustrado.

Propuesta: Cristin Sibaja (CR)

Participaciones:

1-Graciela Ovejero Postigo (AR) 2-Rossella Matamoros (CR) 3- Fran Castro (CR) 4-Sandra Bonomini (CL) 5-Soledad Sánchez Goldar (AR) 6- Magaly Timmerman (BEL) 7- Erika Ocampo Knudzen (CR) 8-Judith Limo (CR) 9-Pilar Aragón (CR) 10-Lorena Peña (PER) 11-Alexander CHV (CR) 12-Grettel Méndez Ramírez (CR) Y Gabriela Bonilla. (CR)



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