“La Mesada café cultural”, Rohrmoser, San José, inauguró el pasado 30 de julio 2021, una exposición de creaciones recientes de Rodolfo Morales, artista-diseñador de sensible factura y conocedor del universo de la reinvención. Exhibe muebles en maderas, nuevas versiones de aquellos que fueron en otro tiempo una silla, una mesa, una casa, un cajón, y ahora son una bufetera, una mesa de sala, una vitrina, donde todos fueron traducidos al lenguaje contemporáneo por este creador costarricense, ampliamente reconocido.
Ha expuesto en los principales escenarios internacionales en esta materia del diseño, como la Bienal de Saint Etienne en Francia, Ferias y exhibiciones donde media el rigor y la calidad. Fue ganador a inicio de la década de los dos mil de la Bienal del Mueble de la Escuela de Diseño de Productos Universidad Veritas.
Un vuelve a la vida
Pareciera que, poco a poco, vamos despertando de la modorra de las cuarentenas y los estresantes protocolos sanitarios. Ahora, el espíritu de la creatividad, ese geniecillo travieso salta aquí o allá, y por su influencia nos vamos atreviendo a emerger de esas nocivas madrigueras de la pandemia, para llenar de gracia y vida los espacios habitaciones y/o espacios públicos o privadas o de la zona comercial que son propios de la vida y escenarios urbanos.
Ese geniecillo le recuerda donde encontrar las herramientas, el cepillo, el formón, esofinas y codillos, torniillos, serruchos, sargentos, y el correcto funcionamiento de esas máquinas que a veces Rodolfo mismo inventó.
Loable actitud la de esta cafetería capitalina, en gratitud a la vida, nos dice acá está el trabajo del talento y experticia, vean la madera que suena y vibra, que tiene color, olor, sabor, gracias a la mano del maestro. El vidrio transparenta las estructuras de esos muebles y convida a buscar un ángulo en nuestros propios lugares de intimidad donde poder disfrutar de estas creaciones.
Rodolfo se ha caracterizado por ser un excelente innovador de la reinvención, pues conoce las voces del material, juega con su lenguaje, con sus metáforas e implicaciones propias de la práctica contemporánea, que posee su propia gramática y técnicas, e imparable deseo de trabajar, de sacarle provecho al taller y a las viejas maderas que llegan a él empolvadas y maltrechas, para salir renovadas listas para activar nuestros bríos a veces también desgastados.
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Creo que lo expuesto es un símil de lo ocurrido durante este tiempo de encierro, necesitamos entrar al taller del maestro diseñador, pues no queremos seguir siendo iguales, queremos una transformación en de las manos del maestro, para ser tocados por la gracia de la estética, de la depurada técnica suya, de la creatividad que no ve obstáculos para que las cosas cambien, y ahí está el producto, lo que impacta, lo que halaga, en tanto hay esfuerzo, creatividad, lenguaje del buen gusto y persistencia.
Diseño gráfico José Pablo Morales Barrantes
Fotografía Marco Hernández
Texto LFQ