Reflexionar bajo los tanques de agua del MADC
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Diseño de Carlos F. Santana en el MADC. Foto cortesía del museo.
Buscar nuevos espacios expositivos es un ejercicio creativo e interpretativo de muy alto calibre; requiere astucia en tanto un lugar que para un determinado momento es apropiado, no lo es si depende de constantes cambios atmosféricos como en nuestro caso. Ese enigma del tiempo atmosférico, acrecienta, más en una ciudad como nuestra capital San José, que en pleno verano de repente tiñe el firmamento con el trazo de un nubarrón renegrido, o que las ventiscas que atraviezan al planeta traigan las arenas del Sahara. Sin embargo y en tanto es desafío, diría que en arte y en diseño los retos son un acicate para experimentar el valor del fragtal del tiempo. Es como identificar referentes, que de la noche a la mañana cambian y expanden la dimensión del mencionado enigma.
Las ciudades contemporáneas, con sus espacios a veces minimizados o maximalizados requieren todo tipo de soluciones formales, funcionales, estéticas y de materiales, que inyecten energías para hacer vivenciar a plenitud al habitante, su cotidiano, en el más amplio sentido de calidad, rigor y vigor. Nadie como un artesano que toda su vida se pasa trabajado la piedra para saberla cortar, pulir, ensamblar; o quien trabaja el cuero, el tabalartero o marroquinero para recomendar su uso; o la madera, las telas u otros componentes de la cultura material de un país como el nuestro con una carga de biodiversidad en el más amplio sentido del término.
Así como servirse de la zona bajo los tanques de agua del museo, para montar una propuesta de diseño tan singular y contemporáneo, que nos sorprende, como que el tratamiento material y morfológico sean un poema a la forma mínima, el presagio de una conjunción (in)esperada donde creatividad, técnica y tecnología aúnan, para como dije, estimular nuestra capacidad humana de reinvensión.
En una muestra de diseño, tanto como la selección de un sitio para exhibir que impacte, es importante considerar y hablar de la cala de los referentes, como en el caso particular la Bahaus, a finales de la primera década del siglo anterior, cuando aunaron experiencia en el trabajo de los materiales con los maestros artesanos, y la proyectualidad que plantearon los arquitectos, pintores, escultores y diseñadores. Pero hoy en día ya no vemos hacia aquellas fuentes por una actitud de repasar las propias, más cuando se habla de mirarnos a nosotros mismos, de la autorreferencialidad. Pienso que es bueno que el MADC podría apoyar las investigaciones, como he visto con el aporte de este joven diseñador, que implica el trabajo de la piedra con el metal, la experticia, buscando en “Arte en Piedra el Indio en Bajo los Rodríguez de San Ramón; la Tenería el Pirro en Hetedia donde esta colección exhibida bajo el firmamento y los tanques de agua se sirve del cuero bovino para argumentar el placer de reposar nuestro cuerpo en éstas singulares materias.
Si ayer nos inspiraba el Good Design y la factura del mueble con diseñadores como Achile Castiglione, Alessandro Mendini, Philippe Starck o Zaha Hadid, o los maestros de la arquitectura y el design actual, donde se incluyó los trabajos de aquellos grandes diseñadores destacados en la mitad de siglo XX, hablamos de Alvaar Alto, Charles, Ray Eames, Marcel Breuer, Mies van der Rohe, Le Corbusier, George Nelson, entre tantos otros de ese universo de estrellas de la referencialidad, tal y como dije hoy hemos vuelto las miradas hacia nosotros mismos filtrado una actitud descolonizadora, que busca explorar y explotar lo originario y la fuerza del binomio Cultuta/Naturaleza.
Pero es bueno que reconoscamos nuevos nombres en esta práctica del mueble o el objeto o el producto quizás no industrial, sino más bien semi indutrial en alianza con los mejores talleres donde usan nuestros materiales autóctonos y vernáculos, quizás los mismos que usaron nuestros pueblos originarios, como el granito volcánico, la arcilla que es tierra origen del planeta por lo tanto materia sacra, y hasta la orfebrería de metales preciosos intentando innovar el producto.
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Diseño de Carlos F. Santana en el MADC. Foto cortesía del museo
Comenta el diseñador expositor Carlos Santana: Por lo tanto miscelánea, palabra que significa “mezcla de cosas diversas” plantea un encuentro de la técnica con la materialidad en distintos momentos históricos, involucrando el dominio de materiales de la industria moderna como el plástico y los metales, con aquellos de nuestro legado histórico; piedra volcánica, tejidos y pieles como estrategia para mostrar al mundo lo que hay adentro, en nuestro contexto mesoamericano. (Santana, texto del brochure 2023).
A más de cuarenta años de abrir las primeras escuelas de diseño en la región, y a treinta del mismo MADC -con esto termino esta reflexión-, importa celebrar estas azañas de reinventar los materiales acordes con las sensibilidades de estos nuevos tiempos, y que un aguacero no aminore el artificio de exhibir a la intemperie, ni el polvo del desierto de Sahara nos chille en los ojos al sentarnos a contemplar el paisaje del Centro Nacional de Cultura (Cenac, antigua Fanal) como si esperáramos un evento telúrico que remueve las placas del planeta en el declibe del día y esperar la luminosidad del atardecer donde reberbera el goce o fuego del fruto de la vid en los labios, y una pulsión interior atraviese la existencia humana de siempre.
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