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Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas

Foto del escritor: Luis Fermando QuirosLuis Fermando Quiros

Muestra en el Museo Municipal de Cartago, julio 2023



Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas. Museo Municipal de Cartago. Foto LFQ.


Todo en el universo está dispuesto a formar unidad, obedece a la natural necesidad de buscarse y encontrarse el uno con lo otro u otra, y ese carácter no es solo humanos, también las cosas, la flora y la fauna guardan esa profunda interacción determinada desde la génesis del mundo. En tanto carácter de la aproximación, de similitud o semejanza se vuelve en un argumento contundente en la teoría de la percepción -lo que conocemos como Leyes de la Gestalt-, así lo afirma uno de sus más notables teóricos, Rudolf Arnhein: “nada se percibe como único y aislado”.


Una estrella se agrupa con otras para conformar constelaciones, una planta con otra, una piedra igual busca su semejanza en tanto son materias del planeta, así como las personas nos buscamos hasta encontrarnos porque nos necesitamos profundamente. Platón, en el discurso de La República acotó que la ciudad existe en tanto los humanos nos necesitamos los unos a los otros (citado por Eugenio Trías en El Artista y la Ciudad, 1998). Sin embargo, también existen grandes contradicciones y una de las nociones más tratadas de comprender es la incertidumbre, el no saber que nos embarga y más cuando pareciera que ya todo lo sabemos, pero de repente quedamos a la deriva sin saber qué hacer o cómo actuar.



Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas. Museo Municipal de Cartago. Foto LFQ.


“Constelaciones naturales”

El artista Sidhartta Mejía expone en el Museo Municipal de Cartago, espacio donde en 2009 fue distinguido con el Primer Lugar de la Bienal de Pintura Marco Aurelio Aguilar de ese museo, paradójicamente premiado con un grafismo más cercano al dibujo que a la pintura. Hoy exhibe una serie de pinturas, dibujos e instalaciones tituladas “Constelaciones Naturales”, con este título nos adelantó su pensamiento al confrontarnos con su su arte, en el cual subsiste la incertidumbre, que, como comenté, es propia de los sistemas naturales en el cosmos, con sus sentidos de contradicciones tanto como de armonías que implica a preguntarnos sobre lo que vemos y lo que subyace en el entorno.


Si me piden un juicio crítico acerca de la obra de este joven artista, diría que aprecio y me deleitan algunas cosas expuestas pero otras no tanto. Como todo en la vida, tenemos la posibilidad de disentir de la opinión de los demás, y más en arte cuya naturaleza o raíz ontológica es que para todos hay talentos pero que no congracian entre sí. Dicha variedad es fundamental, pues ¿qué tal si todos los artistas hicieran lo mismo? Sería aburrido entonces visitar los museos en tanto todo se parece.




Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas. Museo Municipal de Cartago. Foto LFQ.


Por ejemplo, en esta muestra las pinturas no me enganchan a sentir algún deleite, pero sí sus dibujos, y más que sus dibujos como un todo, lo que realmente aprecio son los tratamientos interiores (los detalles), lo que está adentro con esa técnica que tiene él de crear grafismos de una enorme sensibilidad y poética, que, lo relaciona con sus adentros de persona sensible creativa y crítica. Razón qie me motiva a atreverme a afirmar que él es más grande por dentro que por fuera: en su interior hay cielos, pero también abismos muy profundos que tanto él como yo portamos en nuestros adentros y por tanto son parte de nuestra personalidad de humanos (Glissand 2018). Sobremanera en arte, los artistas somos personalidades muy complejas y unos de los caracteres de identidad del artista es ser transgresores (Briggs y Peat 1998).


Las pinturas me parecen cuevas, úteros cósmicos, de donde emergen las aguas y los ríos, paisajes, pero el tratamiento del color no me engancha, como aprecio y externé, no sin lamentarme pues están bien elaboradas con una técnica importante. Son escenarios muy profundos de la psique donde se origina la vida bajo ese manto de contradicciones y del no saber, donde se gesta vida abundante.



Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas. Museo Municipal de Cartago. Foto LFQ.


Los dibujos de sensibles grafismos no me atraen en absoluto si los miro de manera global (todo el dibujo por completo), pero en ellos hay detalles extraordinarios debido al tratamiento de esos trazos en los cuales él deja al pigmento volar, extasiarse y preñar la superficie con timbres y musicalidad, tanto como con poderosas verbalizaciones por no decir poesía intrínseca, que nos habla del alma, del profundo humano de seres que sienten, más que de estética.


Las instalaciones en las cuales introduce un trozo de materia natural, como es la madera, y da un acabado rugoso o áspero como las cortezas de los árboles, me parecen sugestivas, pero pienso que aún no encuentra la potencia para que se autogeneren como los verdaderos sistemas naturales lo hacen con naturalidad: como el rizoma que multiplica las raíces y las hace brotar donde nadie lo sospecha (Deleuze y Guattari 1996), o el caos eterno con sus azarosos potenciadores de sentido donde la incertidumbre es un atractor más del sistema y de suma creatividad. Uno de los cuales me sugiere pensar en los grandes agujeros negros que en los sistemas de estrellas y las constelaciones generan puntos hacia los cuales viajan las estrellas y planetas en el universo, pero no sabemos cuando nos atraerá para generar la explosión de energías radiantes y luminosas o otra ecatombe planetaria pues también se dice que esa gran explosión originó el universo.


En los últimos años la botánica ha entrado con fuerza en los imaginarios del arte contemporáneo, y las plantas empiezan a gestar interés en una instalación o ensamble, congeniando con troncos, piedras u otras materias orgánicas. De ahí que Mejía está tentado a introducir plantas en esta exposición, pero me sucede un fenómeno similar a lo ya apreciado que en conjunto no me gustan, pero sí me declaro amante de los detalles que resuelve, y uno quisiera meterse en esos subespacios del mundo vegetal para recrearlo como un sub universo que conecta con el jardín interior que todos los seres vivientes llevamos en la entraña p entre las neuronas.


De manera que, si me permiten mi opinión, diría que en la generalidad no me identifica con su arte, pero sé en la singularidad. Ahí descubro mi nicho existencial, para declararme parte de esas energías que buscan un punto de inflexión, un vórtice por donde fluir y hacerme uno con esas energías que brotan del volcán de la creatividad humana.


No puedo quedarme sin citar a Briggs y Peat en el prefacio de las Siete Leyes del Caos cuando describen al trasgresor, que en el fondo de todo a quien describen es al artista:


Aunque es el epítome del principio del desorden, al trensgresor se le identifica también con el portador de la cultura, el creador del orden, un chamán o “superchamán”. El transgresor es el superviviente astuto, el travieso desvalido que desafía la convención, subvierte el sistema, rompe la estructura de poder y alumbra nuevas ideas”.



Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas. Museo Municipal de Cartago. Foto LFQ.


Para finalizar con mi comentario quisiera comentar una de las piezas que más me anclan en el recorrido de esta muestra en el Museo de Cartago, y vuelvo a pensar en Rudolf Arnhein y en Bruno Munari cuando dice que uno ve lo que sabe, si uno no ve nada tampoco sabrá mayor cosa, por eso hay que ver, visitar exposiciones, leer, ver videos, escuchar conversatorios y conferencias.


Tal y como dije hay una pequeña instalación adosada a la pared que es un trozo de madera, con una piedra y un elemento textil, pero lo interesante de ese objeto es la sombra que arroja a la pared de donde está colgada: inesperada, que me evoca muchas cosas que ponen a prueba mi estructura de saberes y lo que con tanto costo he aprendido a lo largo y ancho de mi vida. Algunos verán la silueta de un hombre, otros verán un Cristo a punto de ser bajado de la cruz. Por esto repito, cada uno ve lo que sabe, y esa conexión con el andamiaje de saberes y entender la manera de cómo se originan las cogniciones, son algo que me premia al visitar esta muestra.


¿Será por esto que en mi caso personal me identifico más con los adentros de las obras de arte donde fluyen estos lenguajes y jergas, y me permiten atravesar esos abismos y entrecruzar esos senderos de la creatividad?

Me niego a responderme a mí mismo, no me gusta, al ser artista y trasgresor, como lo define Briggs y Peat en las Siete Leyes del Caos, descubro que también los artistas somos grandes tramposos.



Sidhartta Mejía: Constelaciones Inciertas. Museo Municipal de Cartago. Foto LFQ.


Pero ya para terminar, no puedo dejar de referencias al doctor Daniel Goleman, autor de La Inteligencia Emocional 2000, cuando define a los artistas que son poseedores de este carácter de inteligencia:

Algunos de nosotros estamos más naturalmente más en armonía con los estilos simbólicos especiales de la mente emocional: metáforas y símiles, junto con la poesía, las canciones y las fábulas, están representados en el lengauje del corazón.”





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