top of page
Buscar

Oriol Sábat en la cultura de Oaxaca

Foto del escritor: Luis Fermando QuirosLuis Fermando Quiros

Actualizado: 18 ene 2023



El pintor catalán Oriol Sábat, que ha expuesto en el Museo de los Pintores Oaxaqueños (MUPO), en el Centro Cultural La Calera y en otras galerías en Oaxaca de Juárez, México, observa un importante acercamiento a la cultura oaxaqueña


Respecto a su arte, la energía que posee y maneja en la abstracción gestual y sobre manera en la pintura abstracta, tiene un carácter de la (des)figuración cercana al Informalismo y Expresionismo abstracto, observado en el mundo a mediados del siglo anterior. Lo hicieron, a su modo, pintores como Dubuffet, Fautrier, Wols, Hartung, Mathieu, Tápies, Millares, Vedova y a este otro lado del Atlántico, impulsada por Pollock, Kline, De Kooning, Sam Francis, entre otros artistas que sustentaron ese remezón cultural que transformó el arte del siglo XX.




Museo de los pintores Oaxaqueños (MUPO)


Oriol Sábat en la exposición colectiva Umbrales y Penumbrales en La Calera, Oaxaca.


En la pintura actual, quien siga ese estilo lo puede lograr a través de un trazo, un signo fehaciente y la manifestación de un paisaje interior. Este proviene de la entraña de quien lo pinta, paisaje que cala en la percepción del observador: es cuando dicho trazo (mancha, tratamiento) alcanza manifestarse como un arte en sí mismo y se comporta como una señal característica del artista, como su propia firma.

Édouard Glissant, poeta y filósofo de Martinica en las Antillas Menores del Caribe, se refiere a la poética de las profundidades como una: Extensión vertiginosa, no sobre el mundo, sino sobre los abismos que el ser humano lleva en sí mismo. (Glissant, Poética de la Relación, 2017. p.57)





Distintos carteles de muestras del maestro Oriol Sábat

Entonces, lo pintado por Sábat, es un “entorno existencial”, de cuyos bordes y porosidad emanan las voces de esa hondura, grieta, abismo, de fuerzas engullidas hasta el fondo donde se aprecia la colisión entre las estratificaciones terrestres, capas de un paisaje que, como dije, pertenece al artista que las cultiva, que las elabora en su pintura, pues las hace suyas impregnando rigor en el día día. Dibuja y desdibuja, pinta y despinta en un juego travieso por el cual vuelve a su propia gestualidad. Él es su dueño y domina el lenguaje allí donde enmarca esos potentes choques con el núcleo o vientre terrestre, núcleo que no vemos, pero que nos gobierna desde todas las tensiones físicas del planeta. Cuando choca ese sistema por subducción, todos lo sentimos y no deja de ocasionar alguna transformación o huella tectónica.


Oriol Sábat pinta la grieta, y la repinta para que nadie tenga duda de lo que es. Se trata de una fractura de la superficie del mundo o de un árbol que se rajó en dos y quedó a merced de los vientos e intemperie, como muchos quedamos a veces así en la vida.





Muestra de pinturas del maestro Oriol Sábat en la Calera, Oaxaca.



Este, el árbol, es otro tema cercano a su trabajo, las articulaciones, las raíces, pues quizás nace y crece en tal territorialidad subjetiva o simbólica en tanto es el árbol sagrado, el Axis Mundi, como la Ceiba pentandra lo es para nuestras culturas de Mesoamérica, un árbol que al caer desparrama los ramajes en todas las direcciones del cosmos. Este viene de la oquedad terrestre, que en tanto es una cueva bajo la superficie se vuelve vientre, Madre Natura parturienta, útero a donde van o vuelven esas energías provocadas por el color, por el trazo, por el tratamiento e idea del cuadro, que lo construye o deconstruye, buscando esa metáfora que lo define, y brindándole soporte y significado, que devienen conceptualidad, para comunicarse con el espectador.


Me recuerda, de alguna manera en tanto es un lenguaje artístico, a la práctica natural del trazo o dibujo nervioso y sensible tratado por Kimon Nicolaides, cuya metodología artística se conoce en las academias o escuelas de arte actuales de todo el mundo, y que nos sitúa frente al garabateo del infante, instintivo, natural y sin otra pretensión o preocupación que manifestar su yo único, íntimo, su firma o signo de identidad pero que también es responsable de potenciar el ego.



El maestro catalán desarrolla una importante actividad expositiva en Oaxaca. México.



En la presentación de su página web, Sábat cita a J. Corredor-Matheos que lo retrata en un texto de presentación testimoniando dicho estilo personal o Alter ego:

“No es fácil, en estos momentos, encontrar artistas que hagan de la creación un ejercicio de verdadera libertad. Demasiado a menudo se deja que la tendencia preponderante, o una simple moda, se imponga a la espontaneidad y a un trabajo profundamente personal y riguroso. El resultado consistirá entonces en algo que pretende salirnos al paso para provocarnos, en vez de una obra viva que nos aproxime con hondura a la realidad y nos alimente interiormente”. (oriolsabat.com)



A veces este abordaje, como tantas cosas en la vida, puede que se vuelva un panorama atroz, ya que nos habla de la gran hecatombe inminente, cuando los poderosos del mundo juegan con nuestros designios, los míos, los tuyos, los de todos, pretendiendo ocasionar, engatillar un certero disparo: juegan a pulsar el botón prohibido y hundir el dígito en el alma, pues se sabe que hasta ahí llegará la humanidad.


Desvela el debacle interior en el cual colisionan esos vectores telúricos, que solo tienen parentescos con lo humano en parangón con los juegos de seducción y lo pulsional, que es lo íntimo más íntimo en la poética relacional; pero también devienen batallas existenciales abajo, en los abismos interiores, en la larga noche del místico o del estratega del poder que apostilla con su letra y sello, que así redirecciona nuestras existencias hacia el Otro, que aunque sea nuestro semejante en ese espacio de la trivialidad o de la discordia, no conocemos, y puede que lo odiemos o hasta lo necesitemos






Muestra en la Hostería de Alcalá en cual expone el maestro Oriol Sábat en Oaxaca.

De ese trazo gestual de Sábat del cual tanto hablo y que es una línea moduladora de luz y sombra, pero con la cual a veces se ensaña, zigzagueante, repintada, dispuesta a cargar sobre sí todas las peripecias de lo informal a que se puede reducirun gesto. Es un dibujo travieso como el del infante, es un cuadro o toda una exposición, en su estilo, su signo de propiedad.


Lo que este artista catalán ha expuesto, expone o expondrá en Oaxaca de Juárez, y en particular en esa pintura de gran formato, es la meditación profunda de cuando el artista se enfrenta a sí mismo, se enfrenta a sus incertidumbres, a las grandes disyuntivas del universo.Esperando llegar al límite que se vuelve otro comienzo, una nueva meta, persiguiendoreordenar y distender esas energías del eterno Caos, precisamente cuando tocan el punto de colisión con el mundo.



61 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post

506 83314838

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn

©2022 por Urbano Contemporáneo. Creada con Wix.com

bottom of page