Muestra en el Centro Cultural de España, San José. Foto LFQ.
Segunda parte del comentario de la muestra “Fabular un Mundo Diferente”
“En las situaciones y procesos caóticos, el azar, las fluctuaciones, o como se quiera l lamar a esa ración de mínima contingencia, pueden arrastrar un sistema hacia estados totalmente imprevisibles y ser justamente ellas las que se erigen en protagonistas y deciden el futuro” (J. Wagensberg, citado por Briggs y Peat, 1999)
La metrópoli en la emergencia del futuro estará más que nunca ligada a la calidad y al modelo de vida con que nos cambia el arte, el diseño, la arquitectura, la creatividad, en términos de escenarios de sostenibilidad; lo estimula el pensamiento crítico y creativo el cual es cambiante, pero ese azar nos transforma a la vez y nos exige constancia al aprender. Pareciera que hoy en día en esa nueva urbe, los bordes entre ciencia y arte se vuelven cada vez más porosos, transparentes y se influencia mutuamente uno al otro, como las caras de una misma moneda.
Elena Lavellés “Topografías móviles I y II. Foto cortesía del CCEsp.
Esta muestra curada por Blanca de la Torre en el Centro Cultural de España (marzo-abril 2022), nos sume en similar reflexión al explorar cartografías de lo urbano o lo rural -para, y desde ahí-, repensar el vivir cotidiano y la actualidad. Lo expuesto son propuestas que con diversos grados de coherencia acrecientan esa factibilidad de transformar el entorno, con técnicas tolerantes, creativas; análisis mediado por el pensamiento, como se dijo, amigable con el ambiente, la tecnología y la identidad de nuestro pueblo.
Esta práctica ejerce un empoderamiento y eleva la adrenalina al sentir la cala del pensamiento que aportan los artistas, quienes hoy cambian el modo de visualizar o articular estos discursos y problemáticas; transforman al arte, al cual ya no lo mueve la mera contemplación del ayer, lo estimula hoy el conocimiento y explotación responsable de los recursos naturales, sociales y culturales.
Lucía Loren, “Cuerpo de agua”, 2022, con la colaboración de Alessandra Sequeira. Foto cortesía del CCEsp.
En la primera parte del anterior comentario titulado “Fabular un Mundo Diferente. Una exposición para repensar el planeta”, decía que lo que afecta a la Tierra también lo hace con el arte, y por ende con la cultura, y que estos abordajes de la sostenibilidad ofrecen una esperanza con todo lo que significa en las actuales posturas teóricas y de las practicas artísticas, repensar la gran casa de todos. Recuérdese que el poder lo tiene el planeta, nosotros somos pasajeros e insignificantes comparados con la enormidad de la Tierra y el tiempo en el universo, pero somos parte, aunque pequeña de ésta. Como demostraba aquel teorema clásico de la armonía y la proporción: “Menor es a mayor, como mayor es al todo”.
Breve lectura a lo expuesto
Algunas de las piezas me motivaron más a nadar en ese océano de ideas que pre-visualiza el arte de hoy. Encontré en suma sensible “Cuerpo de agua”, 2022, de Lucía Loren, con la colaboración de Alessandra Sequeira. Diserta que, a pesar de la abundancia del vital líquido en ríos, lagos, lagunas, humedales existentes en el país, hay grandes problemas de abastecimiento sobre todo en la época seca, y esta no es solo una situación urbana adversa sino también rural. La propuesta de Loren expone un contenedor camuflado con ramajes de árbol y tinajas de barro cocido, metidas entre esa cobertura que simboliza el bosque, el cual es traído a lo urbano por esta analogía. Me evoca la función de los reservorios de agua, planeados en la montaña, ahí donde exista aunque sea una mínima naciente, se explora la factibilidad del terreno para multiplicarla, creando pequeñas pocitas agregando piedras, hojas y tierra del lugar, de manera que, al llenarse, aumenta la hidratación del terreno protegido por aquel manto de hojarasca y sotobosque, así sucesivamente hasta llegar al nivel más bajo, donde aquel reservorio que recogió la lluvia en diferentes tiempos y la misma naciente, se multiplica para tener mayor capacidad de colectar el preciado líquido y mantenerlo a una temperatura adecuada (la función de la tinaja). Esto tiene mucho de ciencia, de cultura del lugar y de la sabiduría ancestral de los pobladores, y es el mejor escenario para explicar la consistencia de las propuestas de sostenibilidad que se exponen en estas salas del Centro Cultural de España en Costa Rica.
“Pongo Green, axolotl y ñiscacm” 2022, de Ruth Gómez, Foto cortesía del CCEsp.
“Pongo Green, axolotl y ñiscacm” 2022, de Ruth Gómez, analiza cómo algunos seres del mundo animal cambian su fisonomía a causa del cambio climático, y lo hacen con la propiedad de oxigenar su propio hábitat. La propuesta se dispone en el espacio del Centro Cultural de España con una serie de ilustraciones de estas criaturas, algunos en peligro de extinción, y son llamados con nombres nativos en lenguas originarias, para potenciar esas jergas que como las especies nativas también están en peligro de extinción.
Elena Lavellés “Topografías móviles I y II. Nos habla de los recursos mineros del país, tales como el oro, la plata, bauxita, diatomita, hierro, entre otros, y que generan crisis social como la de los coligalleros fronterizos en Crucitas, por el enfrentamiento con los migrantes y autoridades que custodian estos lugares en tanto su extracción esta prohibida. En el país sólo está permitida por ley la minería subterránea de metales, no a cielo abierto, lo cual implica un considerable impacto ambiental contaminante de la atmísfera, mantos acuíferos, flora y fauna. La artista razona: “El mapa topográfico permite hacer una lectura del relieve y una interpretación en dos dimensiones del territorio real, su uso y transformación. Aquí, vemos que poco a poco todo el paisaje verde, la naturaleza, el entorno, se va desdibujando y va desapareciendo por efecto de la mina y su impacto en el paisaje”.
Isidro López-Aparicio, (de hidrófoba a hidrófila). Foto cortesía del CCEsp.
Isidro López-Aparicio, (de hidrófoba a hidrófila). Esta es una prototecnología o proceso artesanal para limpiar el agua que es contaminada a cada momento con el aceite, y en particular el de cocina, y del cual se puede obtener jabón. Busca por medio de este procedimiento evitar que los residuos de la cocina contaminen los ecosistemas acuáticos y los suelos, degradando ríos, lagunas, humedales, afectando la agricultura en la producción de alimentos.
Avelino Sala “Diálogos desde la catástrofe”, Foto cortesía CCEsp.
Avelino Sala “Diálogos desde la catástrofe”, colecta documentos legales, videos y otros inventarios que registran situaciones adversas las cuales provocan traumas al territorio, como su investigación sobre el “vertido del Prestige” que devastó la costa cantábrica en España; demuestra cómo el conocimiento de la historia puede prevenir futuros desastres. Opina que estos estudios pueden ayudar en la comprensión de fenómenos como el de Crucitas y Cutris en la norteña zona de San Carlos provincia de Alajuela y frontera con Nicaragua, así como la misma problemática del aleteo de tiburón, presente en la isla del Coco en el océano Pacífico.
Jorge García. Chozo. Foto cortesía del CCEsp.
Jorge García. Chozo. Al llegar a la rotonda de El Farolito, nos percatamos que algo cambió en el paisaje para esta exposición, precisamente, se trata de la intervención de García a la fachada del Centro Cultural de España, utilizando ramas y palmas para reinventar la fachada simulando una choza o vivienda vernácula originaria. Este es un tema que tiene que ver con soluciones habitables tolerantes con el entorno y la cultura, también se expone un video de una abuela quien relata cómo pasó gran parte de su vida en una de estos ranchos, originando la crianza de sus dos hijos. También, me viene en mente la “casa Cósmica” en la cosmogonía de las tribus bribrís y cabécar que pueblan Baja Talamanca, Caribe Sur costarricense. La noción del rancho cónico representa el espacio vivencial en el día a día, donde forja su vida el indígena originario, pero esa estructura cónica se vuelve doble y hunde en el terreno para simbolizar la zona espiritual que habita el muerto el cual mora bajo la tierra.
“En el sitio arqueológico llamado Suráyom, un cerro de Talamanca, situado según la cosmovisión indígena en el centro del cielo y del mundo (tierra), el dios Sibú (Sibö), creador de los bribris y cabécares, se regocijó de la creación de la tierra y de los bribris.
Proceso de construcción de la casa cónica tradicional (U-suré, casa cónica o casa en punta de flecha) entre los bribris
Como primer paso en la construcción de la vivienda está la apropiación del espacio en medio de la selva utilizando los recursos que ella provee.
La vivienda o “canasta” (tú) ancestral, tiene un simbolismo que se iguala al útero. Según la cosmovisión indígena, el útero representaba la matriz de la Diosa Tierra, la matriz sagrada de donde nace la vida”.
(https://usurecr.org/articulos/lacasacosmicadelosbribrisycabecares/)
Glenda León Espejismos II. Foto cortesía CCEsp.
Glenda León Espejismos II. La mariposa monarca, acá conocida como “morphos” esta en peligro de desaparecer por la crisis climática, y el uso de agrotóxicos, las tácticas agresivas extractivas y la sobreexplotación de los recursos; el video de León alude al efecto mariposa, el cual razona en un antiguo proverbio chino: “un leve aleteo de mariposa aquí, puede provocar un ciclón al otro lado del mundo”. El poder de la influencia sutil de las Siete Leyes del Caos, argumenta: “Nuestro ser y nuestra actitud conforman el clima en el que otros viven, la atmósfera que respiran. Aportamos los nutrientes a la tierra donde los otros crecen. Si nosotros somos genuinamente felices, positivos, reflexivos, colaboradores y honestos, eso influye sutilmente en aquellos que nos rodean”. (Brigs y Peat. 1999. P56)
Alán Carrasco. “Encomienda No.2 Piña”. Foto cortesía del CCEsp.
Alán Carrasco. “Encomienda No.2 Piña”. Desde la perspectiva de la economía ecológica el proyecto observa la transportación y logística de mercancías que se exportan. Dice el artista: “La producción masiva de materias primas y las políticas extractivas desde el Sur global para nutrir la industria y el consumo del Norte, es una realidad política y económica desde el proto-capitalismo implantado por las relaciones comerciales coloniales establecidas en el siglo XVI.”
La propuesta observa no solo la contaminación de las aguas y mantos acuíferos en la agricultura piñera, sino las rutas de navegación de los barcos que transportan la fruta de exportación que atraviesan el Atlántico y que dejan su huella, además de observar las relaciones comerciales desiguales imperantes.
Y ya para concluir: El ingreso a la sala principal del Centro Cultural de España en Costa Rica, posee un arco en cuya pared fue grabada la frase: “El oro del tiempo para amar”. Siempre pienso que ver una propuesta expositiva de arte de nuestros días es como leer un libro de amplia intertextualidad, y al terminar me pregunto qué aprendí con esta lectura, ¿en qué me cambió? Es la misma pregunta que me abordó al ingresar a esta importante exhibición, y a su vez pienso en qué me cambió el azar, el pensamiento no lineal, la tolerancia hacia la cultura y la naturaleza, así como las prácticas para descarbonizar el planeta. La sed del oro de los primeros europeos en llegar a estas costas cambió nuestra cultura originaria, pero hoy somos conquistados con otras herramientas, tácticas y paradigmas del eterno poder, pero dicha “ración de mínima contingencia” de la cual hablan Peat y Briggs, la influencia sutil, puede levantar renovadas esperanzas en la vida, el planeta, y la cultura… Al otro lado del “charco” como llaman los hispanos al gran océano que separa, pero a la vez nos une.
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